Fernanda Martins abrió su salón en Barcelona en marzo de este 2010 y ya empieza a ver resultados positivos gracias a la formación y el soporte que la central facilita a su red.
Fernanda Martins Leal es una de esas emprendedoras que deciden hacer frente a la crisis montando una franquicia. Una joven con iniciativa que en marzo de este mismo año abrió en Barcelona su peluquería Franck Provost. “Desde el principio tenía claro que no quería montar mi propio negocio, el contexto actual no es nada propicio para ello. Abriendo una franquicia Franck Provost estoy más tranquila porque sé que tengo el respaldo de una gran firma que me puede asesorar y sobre todo que puede hacer crecer a mi negocio”, explica.
Fernanda trabajaba como empleada administrativa en una empresa de ingeniería, pero antes, había estado trabajando algunos años en el sector de la peluquería y “me pareció un negocio muy rentable. Siempre me quedé con la idea de que un día abriría un salón”, recuerda la franquiciada.
Franck Provost cuenta con más de 30 años de experiencia y más de 200 salones propios en Francia. A nivel mundial, la enseña suma más de 600 en 20 países. Es una empresa grande, con experiencia internacional, que aporta a sus franquiciados las ventajas de ser parte de un gran Grupo. A Fernanda Martins le llamó también la atención su imagen comercial y el concepto de peluquería de gama alta a precios accesibles para todas las mujeres. “Franck Provost ofrece a sus clientes un trato de lujo y las últimas técnicas en corte y color, a un precio asequible”, resalta.
Trabajar con una marca internacional
Desde marzo de 2010, cuando abrió su salón Franck Provost en una comercial calle barcelonesa, Balmes, Fernanda trabaja duro en su franquicia: “Como todo negocio que empieza, requiere mucho trabajo pero estamos creciendo rápido y ya hemos visto el mejor de los resultados: muchas clientas vuelven cada semana”. Y añade: “Teniendo en cuenta la situación económica del país, no pensé que tendría buenos resultados tan pronto”.
Fernanda explica que, en su opinión, y a pesar de que todos los negocios están afectados por la crisis, el sector de la peluquería no sufre tanto, ya que “las mujeres siempre se cuidarán”.
Martins ya piensa en sus planes de futuro con la marca. Sus previsiones son abrir una o dos peluquerías más “en cuanto amortice la inversión”. Y es que Franck Provost ofrece un soporte continuo a sus franquiciados. Para Fernanda, a parte del soporte, otro de los puntos fuertes que la Central pone a disposición de los centros es “la formación de los empleados, empezando con la comprensión de la filosofía de la marca y de su técnica propia de corte”. Y concluye: “También me gustó mucho el curso de gestión que me impartieron, es interesante y imprescindible para alguien que nunca ha tenido que gestionar un salón de peluquería”.