El grupo familiar de vinos y cavas pone rumbo a unas ventas de 300 millones de euros y se prepara para ejecutar la compra de alguna marca del sector.
El grupo de la familia Raventós ha celebrado esta semana junta general de accionistas para aprobar las cuentas de su último ejercicio, cerrado el pasado 30 de junio. Unideco, la cabecera de la compañía de vinos y cavas, ha registrado un beneficio neto consolidado de 4,6 millones, cifra que contrasta con las pérdidas de 7,46 millones del año anterior.
La empresa que dirige Xavier Pagès justificó los números rojos del ejercicio 2008-2009 por la adopción de una serie de medidas de reestructuración destinadas a ganar eficiencia e incrementar la competitividad del grupo ante el descenso del consumo. Según Pagès, este plan de racionalización del gasto y del inventario, y de mejora de la eficiencia en todos los procesos ha seguido aplicándose este año, lo que ha permitido obtener un resultado de explotación de 5,7 millones y un ebitda de 18 millones. Esta cifra supone incrementar en un 157% el ebitda de 2009, que se situó en siete millones.
A pesar de la caída del consumo en el sector de la restauración, Codorníu ha logrado mantener sus ventas, que se han situado en 233 millones, dos millones de euros más que en 2009. Las exportaciones, que han crecido a un ritmo de dos dígitos, han sido claves para el sostenimiento de la facturación. Así, el negocio internacional aporta ya el 49% de los ingresos, dos puntos más que en 2009.
Estados Unidos y Reino Unido son los principales mercados exteriores. Pagès destaca también la favorable evolución de las ventas en Japón y Canadá y especialmente las de Argentina, donde opera con la bodega Séptima. Desde este país también exporta ahora a Brasil.
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