Ambiente monacal, aspecto de abadía... establecimientos radicalmente distintos a los habituales. Esta es la propuesta de El Fraile, una cadena especializada en bocadillería y salchichería que refleja el interior de un monasterio. Con esta fórmula ya tienen tres establecimientos abiertos y se han desmarcado de la competencia.
Se respira un ambiente plácido, casi 'monacal'-como bien define Carlos Serrano, jefe de Explotación de la cadena El Fraile al referirse a sus establecimientos- donde prima la originalidad en la decoración, convirtiendo cada uno de sus locales en modernas abadías urbanas. Hablamos de El Fraile; uno de los más recientes conceptos de restauración que se han lanzado al mercado español, y que, en la actualidad se encuentra en pleno proceso de expansión. Esta enseña especializada como bocadillería y salchichería ha sabido desmarcarse de la competencia con una decoración absolutamente innovadora, que refleja un ambiente único: el de las antiguas posadas. "A finales de 1999 creamos un nuevo concepto de negocio distinto del resto por un ambiente relacionado con lo monacal, de hecho nuestro lema es un fraile de la época", matiza Carlos Serrano. La idea surgió de forma natural. "A raíz de una de las cervezas que llevábamos, que además de utilizar un sistema e fermentación de la época de las abadías, en su etiqueta tiene impreso un 'fraile' o 'monje'", apunta Serrano.
Locales innovadores
Pero no se trataba sólo de imponer una imagen que destacará por su originalidad, sino que había que dotarla de contenido, de un contexto que realmente les hiciera diferenciarse en un mercado cada vez más homogéneo. Así fue como aunaron una oferta a una demanda: la necesidad de ubicar lugares tranquilos donde comer en una sociedad dominada por las prisas y el estrés. El resultado fueron los acogedores establecimientos de El Fraile, distintos por definición: "Vimos muy claro que en nuestra vida cotidiana tan acelerada y en los centros comerciales comenzaban a escasear áreas de reposo y tranquilidad. De este modo, decidimos que el mejor lugar para emplazarlo era en el estrés diario de los centros comerciales", matiza Carlos Serrano.
¿Cómo lo hicieron? Para empezar huyeron del minimalismo que abunda en otros establecimientos del sector y de los diseños agresivos y adoptaron una imagen bien distinta: la decoración que se podía encontrar en una posada de época. "Nuestra idea era que el cliente se relajará y evocará el ambiente el ambiente de sosiego que se respira en un monasterio, para diferenciarnos de otras cadenas. Para ello, hemos ajustado la decoración con unos colores cálidos, música ambiental tranquila, la utilización de maderas, la luz... logrando con ellos una gran calidez en el ambiente y que, el cliente, pueda encontrar con ello un remanso de paz, en zonas tan ajetreadas como un centro comercial", explica Serrano. La idea, en principio, poco habitual, cuajó rápidamente entra la clientela atraída por la calidad y gran variedad de sus productos.
Oferta dinámica
Los establecimientos de El Fraile –los tres operativos a día de hoy- ofrecen una perfecta conjugación de originalidad, innovación y calidad. En sus locales se puede degustar una variada oferta de bocadillos especiales – hasta 23 distintos- normales, así como tapas o platos combinados, además de las ofertas de El Fraile y de que, cada uno de sus establecimientos es salchichería. La cadena tiene claro cual es la base de su éxito, dónde se sustenta su negocio. La calidad en todas las fases de elaboración es una de las razones de estos buenos resultados. No se trata de hablar de calidad por hablar, sino de remitirse a los hechos. Todos los platos se elaboran al momento y la selección de los elementos que componen la carta no surgen de forma espontánea sino como resultado de años de trabajo en la empresa, tratando con clientes y conociendo sus preferencias culinarias.
Alta rotación
Bocadillería salchichería pero también cervecería... Cómo establecimiento de restauración, El Fraile, no deja ninguna puerta cerrada; de hecho se puede enmarcar perfectamente como el nuevo 'fast-food' o comida rápida pero de calidad. Su amplio abanico de posibilidades le permite captar a una amplia afluencia de clientes que buscan degustar productos bien preparados y en un ambiente de tranquilidad.
La rotación en la oferta es continua. Su carta es dinámica, abierta a nuevas e interesantes propuestas. No se trata sólo de probar los típicos bocadillos sino de las distintas variaciones que de éstos hacen los responsables de la cadena. La rapidez en el servicio también es una ventaja que agradece el público. Los establecimientos mantienen un extenso horario de apertura para tratar de satisfacer las demandas.
Empiezan su expansión
Con el proceso de expansión en marcha, los responsables de la cadena pretenden establecerse en distintos puntos de la geografía nacional. Ahora mismo, es la capital catalana la que cuenta con el groso de sus establecimientos, sin embargo, en breve, esa situación cambiará.
Los responsables de El Fraile tienen claro que su concepto de negocio cumple las expectativas tanto de inversores que pueden gestionar el negocio desde su domicilio, sin necesidad de ponerse al frente del local, como de emprendedores que quieran tener un negocio propio y gestionarlos ellos mismos. El objetivo de la cadena es construir una sólida red franquiciada, con la que dar vida a todas estas características y hasta ahora parece que lo están logrando. La clave estaba y está en ofrecer un concepto diferenciado del resto.
Las claves del negocio al detalle
- Rotación en la oferta
- Calidad en todas las fases de la elaboración de los productos
- Simplicidad de control
- Homogeneidad de la marca
- Amabilidad en el trato
Barajando cifras
La inversión necesaria para montar un establecimiento de El Fraile se sitúa entre los 160.000 y los 180.000 euros, con el canon de entrada –unos 12.000 euros- ya incluido. Son locales de unos 60 m² que alcanzan los 180 m² si disponen de una terraza. El personal que se precisa para atender un establecimiento de estas características es de 5 personas, aunque se distribuirán en función de la estacionalidad del local.
La amortización de esta inversión se fija en tres años, tras la puesta en marcha del negocio. Además, también hay que abonar un canon de publicidad del 2% sobre las ventas y un royalty de explotación del 4% también sobre las ventas.
Hay zonas preferentes para ubicar un establecimiento de El Fraile, por lo general, los centros comerciales que cuenten con un importante componente de ocio como son las salas de cine o los restaurantes. También otras áreas de primer orden o zonas peatonales. A la hora de seleccionar ciudades o áreas de ubicación se escogen aquellas que cuentan con una población a partir de los 50.000 habitantes.
Carta a medida
Son especialistas en elaborar todo tipo de bocadillos innovadores en los que se apuesta, además de por la calidad de los productos por la originalidad. Pero la carta de los establecimientos de El Fraile contiene muchas más particularidades. Sabrosas ideas que les ha dotado de perspectiva en el mercado actual de la restauración. Los clientes pueden degustar toda una serie de familias de productos entre los que destacan: una variada oferta de bocadillos –hasta 23 con diferentes nombres de países-, bocadillos especiales, platos combinados, ensaladas, tapas... esto en lo que respecta a comida y teniendo en cuenta que son especialistas en salchichas; mientras que en lo referente a las bebidas se puede degustar desde: cerveza de barril, cervezas de importación, refrescos, licores, cafés e infusiones.
Lo que debes saber...
- Todos los productos se elaboran al momento.
- Ubicación de los establecimientos en puntos estratégicos, zonas de ocio y áreas culturales, para atraer importantes flujos de clientes.
- Exhaustivos estudios de viabilidad ante la apertura de un local.
- Elevada rotación de la oferta gastronómica.
- Enfoque original del negocio que no tiene competencia en su sector.
- Están en la fase inicial de su expansión.
Franquicias y Negocios Julio 2004