Las cadenas de moda afrontan un ejercicio complicado en el que incremento de los costes puede jugar una mala pasada a los resultados.
A la subida del precio del algodón (en máximos históricos), se une el alza de los costes laborales en China y el incremento de las tarifas del transporte por el alza del petróleo.
En el pasado, las compañías habrían trasladado, al menos, una parte de este importe a los consumidores. Sin embargo, la dura competencia en los mercados internacionales y la contracción del consumo, especialmente en España, ha obligado a los gigantes de la moda a no subir los precios y, en consecuencia, asumir contra sus márgenes la subida.
“En lugar de trasladar estos incrementos de costes a nuestros clientes, hemos elegido fortalecer nuestra posición en precio para reforzar nuestra posición en el mercado”, explicaba la pasada semana el consejero delegado de H&M, Karl-Johan Persson.
Quince días antes, el primer ejecutivo de Inditex, Pablo Isla, confirmó que la compañía mantendrá los precios por tercer año consecutivo. El directivo aludió a su estructura de producción (con un tercio del aprovisionamiento en proximidad) y a su capacidad para actuar en diferentes tipos de entorno.
Operadores
Desde Grupo Cortefiel, añadieron que la compañía tratará de mantener los precios y hará el máximo esfuerzo para asumir el impacto en su estructura de costes. No obstante, advirtieron de que, en algunas referencias, será inevitable revisar al alza las tarifas para no perjudicar a la calidad. En ningún caso, se prevé una subida superior al 5%. En 2010, Cortefiel mantuvo las tarifas.
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