La cadena de la familia Bóveda, ha aprobado un plan estratégico con el que se pretende impulsar el crecimiento del grupo a través de la franquicia.
La firma, creada en 1993, establece un modelo de cafetería que cambia de ambiente y de oferta de productos según la hora del día y de la noche, además de cuidar especialmente los fondos musicales, cuya selección será suministrada periódicamente a los establecimientos franquiciados.
Con la adopción del sistema de franquicias, la cadena, que hasta ahora centraba su actividad exclusivamente en Logroño, proyecta expandirse a nivel nacional y llegar a la decena de establecimientos en 2006.
Según José Bóveda, director del departamento de expansión de la compañía, la inversión por parte de las cafeterías franquiciadas se cifrará en 129.000 euros, lo que incluye el canon de entrada y el stockage inicial, además de contar con un local de 80 metros cuadrados como mínimo, ubicado en poblaciones superiores a 50.000 habitantes, ya que considera que los entornos con grandes aglomeraciones son los más adecuados para el negocio.