El sector de la alimentación es un sector que crece, que ofrece seguridad y estabilidad a largo plazo. Un sector de presente y de futuro. Y si además se opera en él con una marca como Delishop, el éxito está asegurado.
Delishop es una cadena de tiendas gastronómicas que ofrece productos internacionales gourmet procedentes de todas las partes del mundo. Los establecimientos de la cadena conforman un negocio sin competencia que se ha convertido en un referente de los productos gourmet. No se trata de un producto más en el mercado. En las tiendas Delishop (son ya seis, dos franquicias en Madrid y cuatro propias en Barcelona) se interactúa con el cliente: además de vender ingredientes y productos de todas partes del mundo, se ofrecen recetas únicas creadas por su propio chef y socio fundador Ricky Mandle y se realizan degustaciones, catas y maridajes. Un servicio exclusivo y excelente, que consigue fidelizar al cliente, acercándole todas las culturas gastronómicas del mundo.
Historia de éxito
Todo empezó en 2006. Tras mucho esfuerzo, noches dando vueltas en la cama y consultando a la almohada, el matrimonio formado por Mónica Navarro y Ricky Mandle abrió su primera tienda en Barcelona. Nacía Delishop, un nuevo concepto que reuniría lo mejor, más selecto y más característico de ese gran y sabroso puzzle llamado cocinas del mundo. Con Delishop, Mónica y Ricky, que cuentan con una larga trayectoria en el mundo de la Publicidad, dieron rienda suelta a su mayor pasión: los sabores, aromas, texturas y recetas más estimulantes.
Tiempo después, su sueño, con mucho esfuerzo y alguna que otra noche sin dormir, ha crecido y transformado en seis tiendas. Dos en Madrid, de reciente apertura, a finales de 2012, y cuatro en la Ciudad Condal, si bien, ese primer establecimiento de la calle Mallorca ha debido cerrar al público y ser trasladado a Major de Sarrià 27-33. Pronto, Delishop sumará a éstas más nuevas tiendas.
En esta nueva tienda de Barcelona, como en todas las de la firma, los clientes recorren sensorialmente y se sumergen en la auténtica gastronomía de Japón, Tailandia y Oriente Medio así como de Europa del Norte, América o España, entre otros lugares. Son más de 300 referencias cuidadosamente trabajadas, 100% naturales y con un característico packaging merecedor de diversos premios.
Desde confituras y mermeladas hasta snacks de chocolate, arroces, pastas, salsas y patés, aceites, etc. Se trata de Delishop Basics así como de Black Label, más elaborados e indulgentes, y la tentación absoluta tiene un nombre: Delishop trufa. Blanca y negra, de Italia, en una línea ideal para acompañar carnes, pescados, pastas, verduras, quesos y ensaladas. Junto a estos, 1.200 etiquetas multimarca importadas en exclusiva y una amplia gama de platos cocinados y recetas listas para tomar (en algunos de los establecimientos gracias a una zona de mesas) o para llevar.
I+D
Delishop trabaja día a día para consolidar el éxito de su red de tiendas y una de las claves es la continua inversión en I+D. Desarrollan de manera constante nuevas alternativas que enriquecen aún más su negocio: nuevos productos, nuevas gamas, más recetas, mejoras en la gestión… Todo para ser los mejores.
Fruto de ese esfuerzo, Delishop ha recibido, año a año desde su creación, el reconocimiento tanto del público como de la crítica. Si el año pasado, la empresa recibía el premio a los Mejores Productos Gourmet según los lectores de la revista Marie Claire, este año un nuevo premio avala su innovador concepto: Delishop vuelve a recibir el título de Mejor Tienda Gastronómica según los lectores de la publicación Club de Gourmets.
¿Quieres ser franquiciado Delishop?
El objetivo de Delishop es seguir creciendo. De norte a sur, la cadena busca emprendedores que quieran unirse a este éxito. “Buscamos emprendedores que tengan facilidad para el trato con el público, alguien que comparta nuestra filosofía y que quiera un negocio de futuro”, explica Virginia López.
Abrir una franquicia de la firma significa gestionar un negocio competitivo, divertido y agradable. Supone tener la posibilidad de tener un negocio dinámico formado por un collage de colores, culturas gastronómicas, en un mercado estable, en constante crecimiento y auge, etc.
A cambio, se pide motivación por el trato con el público e implicación en el negocio. La Central se ocupa de todo el trabajo buscar nuevos productos, nuevas gamas, alternativas de negocio, diseñar promociones… El franquiciado solo debe encargarse de la gestión de la tienda: vender y fidelizar a sus clientes.