Quedamos con Enrique Tomás en uno de los locales insignia de su cadena de tiendas, el de la calle Pelayo de Barcelona. Desde el principio, no puede dejar de fijarse en todos los detalles, controla hasta el color de la bolsa de basura que los trabajadores colocan en las papeleras. “Una cosa es delegar y otra es ser negligente”, dice Enrique. Él ha tenido que aprender a delegar pero le gusta que todo esté perfecto. “Tengo que aprender a no estar en todo, pero si viera algo que no está bien y no dijera nada, sería negligente”, exclama.
Enrique Tomás es un hombre con energía, que siente cada palabra que pronuncia. Y se nota que sabe de lo que habla: el negocio del jamón, un negocio con el que quiere crecer en todo el mundo y para el que tiene ambiciosos planes de expansión.
Nada se le resiste: ni el mercado nacional ni el internacional y el año que viene quiere estar ya en todos los países de Europa. Sin duda, el mercado latinoamericano será una de sus bases. “Empezaremos en Miami y desde allí creceremos en toda Latinoamérica”. En ese continente espera desarrollar una gran red de tiendas, aliándose con socios masterfranquiciados: “Con un proyecto de envergadura como el nuestro, necesitamos rodearnos de otra gente para crecer, rodearse muy bien. Tenemos muy clara nuestra estrategia”, explica. “Sé mucho de jamón, pero no llego a todo y la única manera de crecer a este nivel es a través de franquicias. Quiero ir lejos, el camino es largo, y para ponerle nombre al jamón necesito muchas tiendas. Para lograrlo tengo que buscar aliados”.
Crecer con franquiciados
Ahí es donde toma su posición la figura del franquiciado. Enrique Tomás tiene casi 60 tiendas en el mercado catalán (además de una en Zaragoza) y ya preparan la apertura de su primer local en Madrid (han firmado cuatro aperturas en esta Comunidad). La previsión para 2014 es abrir unas 70 nuevas tiendas en España. “El plan para nuestro país es abrir un total de 100 tiendas en Barcelona y provincias, otras 100 en Madrid y provincias y 100 más en el resto de España”. En el mercado internacional, Enrique Tomás prepara la inminente apertura de sus dos primeras tiendas en Londres, en dos céntricas zonas de la ciudad, donde empezará a testear el mercado internacional. “No podía ser en otra ciudad que Londres, ya que es muy internacional, se mezclan en ella todas las culturas”, resalta Tomás.
Para su proyecto de expansión del jamón con nombre propio, Enrique Tomás busca franquiciados que se impliquen en el negocio. Es requisito fundamental. No quiere inversores que se desentiendan, si no alguien que se implique en la gestión el local, que se implique de alguna manera en este proyecto.
Para ser franquiciado de Enrique Tomás, ¿qué necesitas?
La franquicia base se instala en locales de unos 60-90 metros cuadrados, con un alquiler máximo de 2.000 o 2.500 euros de alquiler. El coste de montaje de la franquicia oscila en los 100.000 euros. “Busco personas con capacidad suficiente para gestionar este negocio, un emprendedor con el miedo bueno, el que te hace cauto, pero no con el miedo malo, el que te paraliza”, apostilla. “El franquiciado siempre ha de asumir una parte de riesgo, pero si se hace todo bien, el porcentaje de éxito de una franquicia Enrique Tomás es del 90-95%”.
Sus locales, que son a la vez tiendas de jamones y barras de degustación, se instalan en barrios, buscando la cercanía con el público. “Nuestro oficio es el de tenderos y buscamos estar cerca del cliente. Vendemos jamón, pero sobre todo ofrecemos servicio, servicio y más servicio”.
Y concluye: “Abrí mi primera tienda en 1982, aunque antes ya trabajaba en el negocio familiar, y conozco muy bien el mercado. Tengo muy claro que el jamón se vende por confianza, de ahí la importancia de la marca. Tengo un negocio que funciona. Y ahora tenemos la oportunidad de crecer gracias a la franquicia”.