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Al habla con Alberto Mascetti, Country Manager de la empresa

Flormar, una franquicia de cosmética italiana con más de 350 tiendas en el mundo

Redacción Infofranquicias | 14/01/2014 | 9:50

Flormar, una franquicia de cosmética italiana con más de 350 tiendas en el mundo

El origen de la marca Flormar se remonta a los años 40, en Italia, cuando el fundador, el señor Florindo y su mujer, la señora María (de ahí el nombre Flor-Mar) empezaron produciendo esmaltes y pintalabios que vendían durante la II Guerra Mundial en el norte de Italia.

“Flormar ha ido creciendo y es hoy una de las marcas de cosmética con la gama más completa y una distribución a nivel mundial contando con más de 350 puntos de venta mono-marca en todos los continentes. Actualmente Flormar pertenece a uno de los grupo líder mundiales de la cosmética y del comercio (Yves Rocher) que nos aporta el respaldo de más de 3.000 tiendas en el mundo y una capacidad de I&D sin competencia”. Así lo cuenta Alberto Mascetti, Country Manager de Flormar.

¿Nos podrías definir tu concepto de negocio?
El secreto de Flormar es la oferta de productos de calidad profesional al precio justo y ofrecidos en espacios modernos y atractivos con personal altamente calificado, donde las clientas pueden probar y conocer todos sus productos. Ofrecemos solo productos exclusivos de marca Flormar fabricados en nuestros establecimientos y no están disponibles con otras marcas. El posicionamiento de precio es extremadamente atractivo como resultado de una organización de venta que suprime todos los intermediarios, los productos van directamente de la fábrica al punto de venta. Además concentramos nuestras inversiones en la calidad del producto reduciendo al mínimo el packaging con el resultado de preservar el medio ambiente y reducir los costes. Finalmente invertimos en la satisfacción de nuestras clientas como medio de comunicación en lugar de utilizar los canales clásicos de comunicación y publicidad.

¿Cuáles fueron las dificultades con las que te encontraste al implantar el negocio en España?
Cuando abrimos en España en el 2010 el mercado era muy reacio a probar una marca nueva, porque a pesar de estar muy sensible al precio, se consideraba el “low cost” como sinónimo de mala calidad. Sin embargo, en muy poco tiempo probando nuestros productos, la clienta ha apreciado la calidad profesional de nuestra oferta y ha modificado sus hábitos de consumo, favoreciendo “compras inteligentes” que priman la marca Flormar. Poco a poco la marca ha ido haciéndose un hueco en el mercado y es hoy una de las primeras marcas, con más de 60 tiendas a finales de 2013.

¿Y por qué crecer con franquicias?
La implantación inicial se limitó a tiendas propias y en 2012 se abrió al canal franquicia de forma casual, al encontrar a unos profesionales del retail que se interesaron por Flormar tras una experiencia poco exitosa con un nuevo concepto de cosmética que había aparecido en el mercado. Decidieron convertirlo en Flormar y el resultado fue muy positivo desde el primer día. Así que decidimos abrir las puertas también a emprendedores externos siempre y cuando reúnan las características fundamentales de ser profesionales del comercio y apasionados de cosmética. Y por supuesto, que aporten su valor de gestores atentos y dedicados del punto de venta.

¿Qué os diferencia de vuestra competencia?
Seguramente tenemos una oferta de calidad profesional muy superior y una organización de apoyo destacable. Además, al pertenecer a un grupo mundial nos aprovechamos de una capacidad de innovación que nos permite liderar y prevenir las tendencias de mercado con indudables ventajas competitivas.

¿Cuál es la inversión que tiene que realizar el franquiciado?
La inversión se limita a los costes de acondicionamiento del local (suelo, techo, luces, instalaciones) y a la decoración (muebles, caja, mesas, espejos, televisores). Nuestros arquitectos realizan un proyecto de distribución y obras de forma gratuita con el objetivo de limitar la inversión aprovechando de todo lo aprovechable pero coherente con el concepto Flormar. Cada franquiciado es libre de realizar las obras con la empresa con quien trabajamos habitualmente o con cualquier otra empresa, decidiendo la solución más económica. Flormar no cobra royalties ni cánones de entrada ni está involucrada en la transacción comercial del montaje de la tienda justamente para mantener los costes lo más bajo posibles. Otro ejemplo es la informática en que Flormar cede gratuitamente el programa de gestión de la tienda.
 



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