Las grandes empresas de moda gallegas, entre ellas el grupo de Amancio Ortega, niegan que su abastecimiento en el mercado chino haya crecido con la supresión de los aranceles y que las posibles nuevas restricciones que estudia Bruselas les afecten.
Las grandes firmas de moda gallega que traen parte de sus productos de China no están preocupadas ante las posibles limitaciones que decida aplicar la Unión Europea para frenar las importaciones del país asiático. Entre ellas, Inditex, una de las empresas más señaladas, junto a Mango, por la patronal del sector en España, como culpables del incremento "desmesurado" -en palabras del propio Consejo Intertextil- de la entrada en el mercado internacional de camisetas, jerséis, abrigos o sujetadores elaborados en talleres chinos por una mano de obra mucho menos costosa. "Nos adecuaremos a las condiciones que fijen las autoridades europeas", afirman desde el grupo de empresas con sede en Arteixo. "Somos muy respetuosos con las leyes".
Inditex insiste en que el fin de los aranceles el pasado 1 de enero no ha derivado en un aumento de sus compras en China. Suponen, "como mucho", entre un 12% y un 14% del conjunto de su oferta. "Esa oportunidad que se podía presentar de prendas más baratas por el origen del producto no nos interesa. Para nosotros es más relevante seguir incidiendo en la idea de producto moda", aseguran fuentes de la compañía, en referencia a la necesidad de abastecer a las tiendas con la mayor rapidez posible para cubrir la demanda.
Por eso, el control futuro que Bruselas podría imponer a las importaciones textiles de China, se mira en Arteixo con cierta distancia. "Seguiremos comprando básicos -prendas de rápida elaboración, sin patrones complicados- en Asia en la misma proporción que antes de la supresión de cuotas". El holding gallego que preside Amancio Ortega cree que las posibles salvaguardas "nos afectan mucho menos que a la media del resto de operadores de distribución que hay en España, por el peso que tiene nuestra producción en Europa".
Varias de las cadenas que integran Inditex están situadas en los primeros puestos del ranking de empresas textiles importadoras por encima del millón de euros anuales y que operan en el continente asiático, según los datos de Aduanas. Todas están presentes en China, y además, Zara, por ejemplo, encarga prendas en Corea del Sur, Hong Kong o Vietnam; Massimo Dutti, en Bangladesh, Indonesia, Malasia o Taiwan; la cadena de lencería Oysho importa desde Camboya, Singapur o Sri Lanka.
A lado de las enseñas de Inditex está Adolfo Domínguez, que se abastece en 16 países orientales, como Filipinas, Macao, Japón o Nepal, y, por supuesto, China. En menor proporción, destaca la presencia en la zona de Montoto, Unicén o Selmark. El director general de la última, Amador J. Pérez, justifica las compras en el mercado chino por la desaparición desde hace tres años de los tradicionales proveedores de materias primas en Europa. "¿Vamos a diseñar nosotros los tejidos? Es imposible", dice. "Es normal que defendamos nuestra economía".
Selmark también asegura que sus importaciones no han aumentado este año. Su director general resta importancia a los aranceles. "Una cuota del 12% en un sujetador que vale 2 euros no era un problema. Otra cosa sería que los productos fueran más caros". Si vuelven las salvaguardas, Amador J. Pérez considera que el impacto "sería mínimo".
Lo que sí está sufriendo "tremendamente" la empresa de ropa interior femenina ubicada en Vigo es la otra consecuencia de la liberalización, y por la que patronal y sindicatos han levantado la voz recientemente: las falsificaciones. "Hay empresa de allí que nos copian y entran en la frontera. Ves a mujeres chinas fotografiando nuestros sujetadores en las ferias", denuncia Pérez. "De esto también tendría que preocuparse Europa".