La compra de la cadena de bares Lizarran por parte de la sociedad de capital riesgo Nazca ha dado un nuevo impulso a la enseña.
Lizarran, que cuenta actualmente con 144 establecimientos, prevé duplicar con creces su tamaño en el plazo de cuatro años. De momento, este año prevé incorporar 35 franquicias.
Según el consejero delegado de Nazca, Carlos Carbó, el objetivo es tener a finales de 2009 entre 200 y 300 bares en España más unos 100 en el extranjero, lo que situaría el conjunto de la compañía entre 300 y 400 establecimientos. Ahora la cadena posee 125 locales en España y 19 entre Portugal, Alemania y México.
El plan de la compañía contempla que los ingresos nacionales e internacionales se equilibren tras este periodo y representen el 50% de las ventas cada uno. Hoy el negocio internacional aporta el 10% de la facturación.
Los establecimientos que se ubican fuera de España son mayores en tamaño (más del doble que en territorio nacional) y el precio de los productos también es más elevado ya que hay mercado para ello. La competencia en el sector de las tapas es casi inexistente en otros países, señala Óscar Vela, primer ejecutivo de Lizarran, y eso permite jugar con los márgenes.
Entrada en Estados Unidos
La gran apuesta de Nazca para la cadena de tapas es el negocio internacional, incluido Estados Unidos donde espera entrar en breve. El primer establecimiento se abrirá en California este año.
Otro de los países en los que el grupo concentrará buena parte de sus esfuerzos es Francia donde próximamente inaugurará tres bares. El objetivo es alcanzar los 25 locales en cuatro años.
Lizarran facturó el año pasado 64 millones, lo que supone un aumento del 17,8%.
La adquisición de Lizarran por Nazca ha coincidido casi en el tiempo con la salida de la sociedad de capital riesgo de Rodilla. Nazca entró en la cadena de sandwiches en enero de 2003 cuando ésta tenía un ebitda de 3.5 millones. Para este ejercicio (cierra en agosto de 2005) prevé un ebitda de 4,7 millones.