En la situación de crisis en la que nos encontramos, en la que el paro es una de las mayores preocupaciones de los españoles, la franquicia Adlant resulta una salida muy válida para todos aquellos emprendedores que quieran poner en marcha su propio negocio pero con una inversión baja.
La ventaja es que para que un asociado inicie sus labores con Adlant no es necesario que tenga un local. De este modo se ahorra el alquiler y los gastos derivados del establecimiento. Le basta con tener un vehículo o una furgoneta con el que poder desplazarse y transportar el material de las recogidas. Además, dentro de la inversión inicial están contemplados los costes de rotulación de la furgoneta, la ropa laboral, un portátil, las tarjetas de visita y catálogo de presentación de la empresa, entre otros.
Por estos motivos Adlant resulta una gran opción para los emprendedores que quieran empezar una nueva aventura profesional, los jóvenes que quieran tener su propio negocio o los desempleados que busquen una nueva salida profesional.