La historia de Jorge Gómez con la franquicia viene lejos. Abrió su primera franquicia en 1993 “porque ofrecían un modelo perfecto de gestión y desarrollo que me atrajo”. Tiene seis negocios, todos de restauración, (cuatro franquicias Lizarran, un Pans&Company y un Pastafiore), “se trata del campo que más conozco por mi trabajo y por mis estudios (hostelería). El hecho de conocer el sector, unido a mis conocimientos, fue lo que me terminó de decidir por moverme siempre con franquicias del mismo”.
¿Qué inversión aproximada has realizado para abrir cada una de sus franquicias?
Entre 160.000 y 240.000 euros.
Seis franquicias requerirán mucho personal y mucha dedicación por tu parte…
Tengo en plantilla 63 camareros, tres gerentes y una oficina. Mis tareas, como director gerente, son las de dirección y gestión de las cocinas de los restaurantes, algo que, al ser tantos locales, me ocupa prácticamente todo mi tiempo laboral.
¿Qué hay que hacer para tener éxito no solo con un restaurante, sino con seis?
En realidad, las claves son prácticamente las mismas que para cualquier negocio: la dedicación diaria y constante, y un gran esfuerzo de dedicar horas y horas. Muchos días, hasta quince.
¿Por qué destacarías que el sector de la restauración es interesante a la hora de invertir?
La restauración es un sector muy complicado, por eso es el plus que ofrece el contar con una franquicia es muy importante. Si das con las claves (y en eso siempre vas a encontrar el apoyo y la asistencia de la central) y le dedicas esfuerzo, sin duda consigues tu recompensa.
Qué le dirías al emprendedor que quiere entrar en este sector, qué tiene que tener en cuenta…
Lo más importante es contar con un equipo excelente; es lo más difícil, pero si lo consigues tendrás ya mucho ganado. Luego, por supuesto, debes poder dedicar mucho tiempo y esfuerzo todos los días. Si no lo haces así, nada funcionará; pero, insisto, es lo que podrías aplicar a prácticamente cualquier negocio.