El grupo mejoró un 40% su resultado neto operativo en 2004, ejercicio en el que volvió a reducir sus ventas, hasta 264 millones.
Chupa Chups anunció ayer una inversión de 25 millones de euros en la construcción de una nueva fábrica en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) que sustituirá a la planta actual. Las nuevas instalaciones incluirán un parque de proveedores, el centro de innovación del grupo y el centro logístico de la compañía, que también tiene plantas en Asturias, México y Rusia. Las obras comenzarán en el primer trimestre de 2006.
El grupo catalán de confitería ha dado totalmente por terminado el plan de reestructuración que activó en 2002, ejercicio en que registró unas pérdidas de quince millones de euros.
Las medidas de ajuste permitieron alcanzar en 2004 un resultado operativo (antes de gastos financieros y extraordinarios) de 11,1 millones de euros, lo que supone un incremento del 38% respecto al año anterior. El presidente de la compañía, Xavier Bernat, no quiso desvelar ayer el resultado neto del grupo de confitería, aunque señaló que 2004 “se cerró con equilibrio” y que para este año se espera “volver a los beneficios”. Al cierre del ejercicio la deuda de Chupa Chups se elevaba a cuarenta millones de euros, cifra que, según Bernat, en la actualidad se ha rebajado hasta unos treinta millones.
La compañía logró reducir parte de su endeudamiento el pasado año gracias a la venta de Choc & Rolls, su filial rusa de pastelería industrial, al grupo Danone. Esta desinversión ha tenido un efecto negativo en la facturación, que en 2004 volvió a retroceder. Los ingresos cayeron un 11%, hasta 264 millones. Las ventas también se han visto perjudicadas por el encarecimiento del euro frente al dólar y por el efecto del cierre de su filial en Estados Unidos, donde ahora opera con un distribuidor: el grupo de confitería Spangler.