El presidente de El Corte Inglés, Isidoro Álvarez, proclamó ayer la 'apuesta decidida' de la empresa por el crecimiento internacional.
El Corte Inglés se ha convencido de la necesidad de crecer en el exterior, su asignatura pendiente. Tras el éxito de su incursión portuguesa, el salto internacional es ya, en palabras de Isidoro Álvarez, de una 'apuesta decidida', que se concretará 'de acuerdo con las posibilidades de negocio que se presenten y bajo los formatos que en cada caso resulten más convenientes'.
El buque insignia de El Corte Inglés en el exterior es el centro comercial de Lisboa, abierto hace cuatro años. A mediados del año próximo abrirá otro gran almacén en las afueras de Oporto. Además, el grupo tiene en el extranjero 35 delegaciones de Viajes El Corte Inglés y una presencia minoritaria en la estadounidense Gottschalks.
Italia está en el punto de mira, pues El Corte Inglés negocia abrir un gran centro en Roma. Pero todo el área mediterránea interesa a El Corte Inglés, que está decidido a exportar no sólo el gran almacén sino también formatos como Hipercor, Supercor, Opencor o Sfera si se dan las condiciones adecuadas. De hecho, el grupo ha introducido ya Supercor en Portugal.
En España, El Corte Inglés ultima la apertura de una nueva línea de negocio de bricolaje, según anunció también Isidoro Álvarez. Competirá así de modo directo con Leroy Merlin, cuya fórmula ha calado en España, y, en cierta medida, también con Ikea.
La apuesta exterior y la búsqueda de nuevos formatos responden a un mismo objetivo: acelerar el ritmo de crecimiento que ha caído al nivel más bajo en 10 años.
Según las cuentas aprobadas ayer por la junta, la cifra de negocio de El Corte Inglés creció un 7,1% hasta 14.607,7 millones en el ejercicio cerrado el pasado 28 de febrero. Por segundo año consecutivo es la matriz la que tira de las ventas (con alza del 8,8%) y son otras empresas del grupo (como Hipercor) las que frenan.