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Entrevista al inversor Luis Martín Cabiedes

“Tengo fama de difícil y duro, pero también de que a mi lado se gana dinero”

Leticia Medina | 16/07/2015 | 11:47

Luis Martín Cabiedes es un peso pesado en el mundo inversor. Un referente para muchos Business Angels, que trabajan para ser como él. Cabiedes es un inversor con fama de duro y de hacer ganar dinero a sus proyectos. Sus inversiones, más de 60 a lo largo de toda su carrera, se centran en proyectos españoles de internet en etapas muy tempranas, entre las que se encuentran empresas como OLE, MYALERT, ACCESO, PRIVALIA, TROVIT o OFFERUM.

Licenciado en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, MBA por IESE y Analista Financiero por el CFA institute, Luis Martín Cabiedes fue copresidente de EUROPA PRESS durante 12 años.Después, en 1998 Cabiedes empezó a invertir en empresas tecnológicas en etapa de lanzamiento. Su actividad como inversor, primero como Business Angel y más tarde con su propio fondo de Venture Capital CABIEDES AND PARTNERS, es ahora su ocupación principal. Desde el año 2008, además, Luis Martin Cabiedes es profesor a tiempo parcial en el IESE.

Charlamos con él en Smart Money, un encuentro entre inversores y emprendedores, para que nos cuente cómo escoge sus inversiones y con qué criterios selecciona las empresas en las que invierte.

I: Inviertes en proyectos de internet, españoles y en etapas seed, pero ¿qué criterios sigues a la hora de invertir en una start-up?
L. M. C:
 Lo primero es que encaje conmigo, esto es lo más importante. Todos los inversores profesionalizados tenemos una estrategia muy clara, por lo que lo primero es saber si un proyecto te encaja. Como decías, yo solo invierto en proyectos de internet, B2C, en etapas seed y de origen español. Si encaja en esa cajita bien, sino no pierdo tiempo en analizarlo.

I: Y si te encaja…
L. M. C:
 Si me encaja, hago una evaluación de una manera muy sistemática, con un criterio muy racional, sin seguir intuiciones, basándome en los seis criterios del profesor Rob Johnson. El primer de estos criterios es que tenga un mercado claro y definido. ¡Y decir que tu mercado son las pymes no es darme un mercado! Un mercado es como un listín telefónico, gente con nombres y apellidos. Yo pido al emprendedor que me escriba las 10 primeras facturas que va a hacer.

I: ¿Facturas?
L. M.
 C: Sí, tiene que saber exactamente a quién le va a facturar, no puede decirme que a pymes o clientes con perfil X, tienen que ser facturas con nombre y apellidos. A quién, en qué día, qué  servicio, qué precio, cómo te va a pagar… Si no, no sabes en qué mercado estás. El segundo criterio es que el proyecto tenga una ventaja competitiva, porque competencia va a haber, y si no la hay, malo. En este punto, un proyecto con ventaja competitiva y mercado definido, ya es un proyecto para mí viable, es una oportunidad que merece la pena perseguir. Pero no hemos hecho más que empezar. Porque además de viable tiene que ser factible.

I: ¿Y para ser factible?

L. M. C: Para ser factible se tienen que cumplir dos criterios más: el primero, tener un equipo que pueda aterrizar ese proyecto. Tienen que ser varias personas, no invierto en emprendedores solitarios. Y además tiene que ser diverso. Como en el fútbol, tiene que haber portero, medios, delanteros… Es un error muy clásico que sean equipos de iguales, por ejemplo, cinco consultores que vienen de la misma empresa y que estudiaron en la misma escuela. ¿Te imaginas un equipo de fútbol con cinco porteros? Pues es lo mismo. Tiene que ser un equipo complementario, y siempre tiene que haber alguien que sepa llevar una empresa, porque yo no invierto en proyectos, invierto en empresas, por lo tanto tiene que haber un empresario. 

I: Y el segundo factor para ser factible…
L. M. C:
 Tiene que ser el momento. Muchas veces a los emprendedores les da miedo llegar tarde, y a mí lo que me da miedo es llegar pronto. Tengo que ver claro por qué ahora es el momento de esa idea, de hacerla factible ahora. Y llegados a este punto, con estos cuatro criterios, tenemos un negocio viable y factible. Esto es lo que necesita el emprendedor para su proyecto, pero yo, como inversor, necesito también que sea invertible. Y para ser invertible, tiene que tener escalabilidad y exit.

I: Cuéntanos, ¿a qué te refieres con escalabilidad?
L. M. C: 
Ser grande. Es necesario porque los inversores nos equivocamos en el 80% de nuestras inversiones, por tanto, en el 20% de las veces que nos sale bien, tenemos que multiplicar por diez. Escalabilidad significa poder llegar a ser muy grande. Para un emprendedor es suficiente un proyecto que sea viable y factible, que permita ganar un buen sueldo, que llegue a punto muerto y tenga su equipo, pero para un inversor tiene que ser muy escalable.

I: ¿Y que tenga exit?
L. M. C:
 La salida… Un emprendedor puede querer dejarle su empresa a sus hijos, tener su proyecto para toda la vida, pero un inversor entra en un proyecto para salir. 

I: Hasta aquí los seis criterios, ¿no? Mercado preciso, ventaja competitiva, equipo, momento, escalabilidad y exit.
L. M. C: 
Sí, estos son los seis criterios racionales que sigo. Yo no miro proyecciones ni producto. A mí no me importa qué vendes, mientras se cumplan los criterios. Y los números los veremos en las fases posteriores.

I: Son criterios racionales, dices. ¿Y hay algo de emocional en tu elección de proyectos?
L. M. C
: Muy poco. Yo soy muy emocional ¡pero fuera de los negocios!

I: Como inversor, ¿qué implicación tienes en las empresas en las que participas?
L. M. C: 
Cada maestrillo tiene su librillo, hay inversores muy distintos. Los hay buenos y malos. Los malos son los que hacen daño a las compañías (y hay muchos). Los buenos son de dos tipos: los que te ayudan a llevar la empresa y se implican mucho contigo y luego los que no se implican nada. Yo estoy entre estos últimos. Yo no me implico nada. Tengo una inversión y lo único que dejo que los emprendedores me pregunten es si voy a ir a la siguiente ronda, o si compro o vendo. A mí me gusta poner el siguiente ejemplo: esto es como la Fórmula 1. El proyecto es el coche y el piloto el emprendedor. Así, el
emprendedor lleva el coche, yo no le voy a decir cómo conducir. Es él quien se juega la vida en las curvas y él sabe conducir mejor que yo. Yo soy quien pago el coche. A mí no me gustan los inversores que les chillan a sus pilotos cómo coger las curvas. Yo estoy en boxes, solo pongo la gasolina. Soy un inversor muy lejano, muy poco implicado en mis inversiones. A mí me gustan más los inversores no implicados porque creo que son los emprendedores quien deben conducir el coche, son ellos los empresarios. 

I: Dices que hay inversores malos y buenos… ¿Puede escoger el emprendedor a un inversor o no tiene opciones?
L. M. C: 
En España, desde hace un tiempo, por suerte, el emprendedor puede escoger.

I: ¿Y cómo puede diferenciar un emprendedor el buen inversor del mal inversor?
L. M. C: 
Igual que el inversor analiza al emprendedor, el emprendedor tiene que analizar al inversor, ver qué ha hecho, en qué ha invertido. Yo no recomiendo a los inversores primerizos, mejor coger inversores
con experiencia. Habla con los proyectos en los que ha invertido, mira qué resultados ha tenido. Yo tengo fama de difícil y duro pero a la vez que a mi lado se gana dinero. Si eso es lo que quieres, pues buscas
eso. Si quieres a alguien que te explique cómo se hace una campaña de marketing, yo por ejemplo no te valgo. Yo recomiendo buscarlos con experiencia, siempre, y luego analiza esa experiencia y habla con otros
emprendedores que tengan a ese inversor. 

I: Llevas desde 1998 como inversor. ¿Cuántas inversiones has hecho a lo largo de tu carrera?
L. M. C:
 Más de 60.

I: Y ahora vivas, ¿cuántas tienes?
L. M. C:
 Unas treinta y tantas o 40…

I: Tus mejores inversiones…
L. M. C:
 OLE, MYALERT, PRIVALIA, TROVIT y BLABLACAR… son las cinco mejores que he hecho. ¡Ojalá no hubiera hecho ninguna más!, aunque tengo algunas buenísimas ahora…