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Entrevista al inversor tecnológico Marc Vidal

"Vivimos la cuarta revolución industrial y es puramente digital y automatizada"

L. Medina | 08/09/2016 | 10:25

Vivimos la cuarta revolución industrial y es puramente digital y automatizada

Marc Vidal es emprendedor, inversor tecnológico, consultor en formación y estrategia digital, analista económico, profesor en escuelas de negocio, colaborador en medios de comunicación, presentador de televisión, escritor, conferenciante… Este español residente en Dublín es un todo terreno. Ha fundado una decena de empresas y ha trabajado como consultor de grandes compañías internacionales. “Me gusta arrancar proyectos, eso me define como emprendedor. Me gusta apoyar proyectos, eso me cataloga como mentor e inversor. Y me gusta más que nada en esta vida estar en contacto con la innovación y la tecnología, a través de consultorías, formaciones, conferencias y mis libros… así que digamos que en ese aspecto también soy consultor. Ahora, por cierto, también soy divulgador gracias al programa de TVE ‘Economía de Bolsillo’ que presento”, explica Vidal.

A pesar de este currículum amplio, Marc Vidal se centran en este momento en tres proyectos. “Por un lado el fondo de inversión Idodi Venture Capital, que ayuda a nuestras participadas españolas a conquistar el difícil pero atractivo mercado anglosajón. Por otro, estoy focalizando mi trabajo como consultor en transformación digital desde la agencia Myopia.Agency, con sede en Barcelona e Irlanda. Y finalmente sigo activamente el día a día de la aceleradora Conector Startup Spain y apoyando en la estrategia de negocio al ecommerce RadikalVip y, como te decía, colaborando con medios de comunicación, dando conferencias y escribiendo mucho”, detalla.

Marc Vidal se convirtió en emprendedor casi de manera casual. "Como explico en mi libro ‘Una Hormiga en París’, fue casi sin querer que ‘monté’ el primer negocio. En aquel momento fue un poco una casualidad, pero con los años ha ido siendo parecido. A medida que se me ocurría algo que yo mismo podía hacer, lo intentaba. Algunos salieron muy bien y otros realmente fatal. Sigue pasando y pasará, unos saldrán bien y otros mal. Son muy pocos a los que les sale todo bien".

Y más tarde, se convirtió en inversor. "El hecho de invertir en startups fue surgiendo a medida que llegaban proyectos en los momentos en los que algo te había salido bien. Tienes cash y algo de experiencia. Consideras que puedes invertir. Me he pasado muchos años en inversión tradicional, bolsa, divisas, etc., trabajé de gestor patrimonial y broker en mercados hace muchos años, y me cansé. Pienso que los que queremos cambiar el mundo debemos hacer algo y si queremos que la economía y la sociedad aproveche esta revolución tecnológica, nos toca a todos invertir. Ya hay muchos que invierten en sectores más tradicionales, seguramente mucho menos arriesgados, pero invertir en startups es apasionante". 

 

Info: ¿Qué sectores llama tu atención?

M.V.: Todos los que tengan que ver con la tecnología digital y sus derivadas más profundas. Inteligencia artificial, impresión 3d, ecommerce automatizado, IoT, economía colaborativa y, sobre todo, Fintech y cualquier plataforma que se lleve por delante la cadena de valor existente en un sector cualquiera.

Info: ¿Y cómo tienen que ser los proyectos en los que inviertes?

M.V.: Me tiene que llamar la atención principalmente que ofrezcan esa respuesta a un problema existente, ya sea conocido o recién descubierto. El equipo es clave, no obstante. Ideas hay muchas pero gente que las pueda llevar a cabo no tantas. Sin embargo, como invierto a través de dos vehículos vinculados al mercado anglosajón, lo que busco es que tengan un modelo validable en ese mercado y con una proyecto claramente internacional. Además, desde el punto de vista de rendimiento de la inversión, buscamos que los proyectos sean atractivos para los fondos norteamericanos con los que trabajamos y a los que pensamos ofrecer nuestras participaciones. 

Info: ¿Las grandes oportunidades están en el mundo online?

M.V.: No es que las mayores oportunidades estén ahí, es que todo debería ser susceptible de digitalizarse. En breve no vamos a entender el mundo de otro modo. Siempre quedarán opciones de crear proyectos analógicos, claro, pero sin un espacio paralelo que lo digitalice en procesos, comercialización y comunicación, no será tan rentable. Vivimos la cuarta revolución industrial y es puramente digital y automatizada. El big data y la inteligencia artificial, la impresión 3d y la IoT, se van a llevar por delante el mundo conocido y debemos adaptarnos lo antes posible. Las oportunidades están ahí, como empresas y como especie.

 

Info: ¿Dirías que España es un buen escenario en la creación de startups?

M.V.: En España hay mucho talento. De hecho, una de las razones por las cuales creé el fondo Idodi Venture Capital fue por eso: vi que en Irlanda startups de medio mundo que allí se mostraban y recibían grandes inversiones eran mucho peores que otras que en España no lograban superar sus rondas series A. Hay muy buenos proyectos, hay mucha formación y hay cada vez más una cultura tecnológica importante. Lo malo es que está muy focalizado en algunos sectores y estaría bien agrandar el abanico. Un cambio de tendencias en algún sector podría llevarse por delante el modelo emprendedor, por ejemplo. El problema es que en España montar una empresa no es fácil si lo comparamos con otros países. La fiscalidad es un drama. No hay apoyo notable a quien se juega todo su patrimonio en un proyecto emprendedor. Además, a título sociológico, hay una estigmatización del fracaso, pero también del éxito. Si te va mal, nadie valora que puedas haber aprendido mucho, y si te va bien, es o por suerte o por que te lo han regalado. Es cultural, pero deberíamos cambiarlo con educación empresarial. En el resto del mundo, a España se la observa con doble prisma. Se sabe que tiene mucho potencial, que es un lugar atractivo y que hay gente increíble haciendo cosas increíbles, pero se sabe también que la política, especialmente, es un freno a tanto talento. Nosotros podemos leer en prensa éxitos de startups de muchos países, grandes ideas, grandes proyectos. En el exterior, sobre España eso es anecdótico, solo se leen cosas que tienen que ver con problemas de todo tipo.