Franquicias, oportunidades por sectores de negocio, por inversión, las franquicias top y toda la información para montar una franquicia rentable.

La calidad en un local comercial

Franquicias & Negocios

El hecho de tener un local competitivo es un paso básico para el éxito de la actividad comercial.

Cuáles son los parámetros para la valoración de un local para uso comercial.
Podemos resumir en tres procesos la vida de un local comercial: su creación (proyecto), su ejecución (reforma), la continuidad de su buen estado (mantenimiento).
La calidad de un local pasa por la calidad de estos tres procesos.
Veamos pues como proyecto, reforma y mantenimiento contribuyen a generar calidad de un espacio para uso público como son las tiendas.

Proyecto:
Observando el local desde la calle, un proyecto sólido debe saber dar a la fachada exterior del establecimiento su personalidad y, gracias a ello, se distingue entre los demás comercios. La fachada es la portada del local y, como tal, su fuerza está en el grado de expectativa que genera en el público, con respecto al contenido del local mismo.
Una vez en el interior, hay que percibir enseguida si somos capaces de seguir una dirección. Una buena distribución de los espacios no deja lugar para la duda sobre el recorrido del público y, sobre todo, no deja zonas al margen de este recorrido. Si el itinerario es natural, si no nos sentimos desorientados en ningún momento, si al final del recorrido por el establecimiento no hemos dejado sin visitar ningún rincón, entonces quiere decir que el proyecto de distribución de este local funciona.
Recorriendo los ambientes de forma natural, el público se puede centrar más en el producto: esto sucede si la decoración está al servicio de la exposición. Para cumplir este objetivo, la decoración y los muebles de exposición deben ser discretos y silenciosos, con productos de fuerte presencia o, al contrario, pueden  reforzar la presencia de un producto dándole más personalidad, con un entorno adecuado.
El entorno y la decoración son más eficaces si son coherentes en todos sus detalles con la marca de la tienda.

Si la marca se representa por medio de una decoración racionalista, esencial y sin concesión alguna a lo excesivo  y encontramos en los baños, por ejemplo, una cenefa floreal, pues en este caso se han descuidado desde el proyecto los detalles de decoración.
Lo mismo sirve para el caso contrario; donde una marca mejor se representa con decoración rica en detalles y variación de colores y materiales, serán incongruentes soluciones constructivas sencillas y lineales para detalles constructivos como, por ejemplo,  carpintería de fachada o entregas de suelos a pared o a techo.

Ejecución
Si el proyecto se ha ejecutado respetando las exigencias básicas de un espacio comercial, el local funciona. Y, con respecto a su ejecución, normalmente medimos la calidad si las instalaciones (eléctrica, de climatización, de voz y datos) funcionan correctamente.
Sin embargo, existe otro parámetro fundamental que mide la calidad de ejecución de un local: el nivel de los acabados y la ejecución de detalles constructivos.
Cuando este nivel es bueno, la percepción de calidad es alta y al alcance de todo el público.

En caso contrario, esta sensación se pierde. Pero difícilmente, el público está capacitado para detectar los límites reveladores de una ejecución superficial.
Esta capacidad existe si tenemos la posibilidad de comparar varias veces distintos tipos de obras, o sea es una capacidad más al alcance de los profesionales del sector.
Analicemos, por ejemplo, el buen acabado de una pared aplacada y pintada con pintura plástica: el parámetro principal es que tiene que ser lo más lisa y plana posible.

Si está iluminada por un foco con cierta inclinación de su rayo de incidencia, su color no pierde uniformidad, no tiene sombras y el cambio de tono es gradual. En una pared mal acabada y con las mismas condiciones de iluminación, notamos como la inclinación de la luz no perdona la evidencia de los límites de ejecución; se perciben las juntas entre placa y placa, la cinta que las une, las placas no están en un mismo nivel, el color no es uniforme porque la superficie que lo acoge no lo ha podido absorber completamente.
Lo mismo podemos decir con el suelo. Si pasando la mano o el pie en un suelo acabado no se percibe ningún pequeño roce o salto, esto se traduce en una superficie lisa, compacta, que forma una unidad agradable a la vista.

Existen muchísimos otros detalles: aristas rectas, afinadas y a plomo, falso techo plano y no flechado, alineación y equidistancia de los focos entre si y otros elementos empotrados en cielo raso, saltos de materiales nítidos, secos, sin superposiciones de unos sobre otros, (ej.: silicona sobre cristal o carpintería metálica, pintura sobre zócalos o tapetas de puertas, juntas de mortero sobre baldosas, etcétera) chapados de paneles sin burbujas o pequeños cortes, alicatados lisos y sin sombras en las juntas, etc.
Apreciar un acabado bien hecho, o detectar los límites de otro requiere cierta experiencia. En este caso, aconsejamos elegir un buen director de obras y una constructora de confianza.
 
Mantenimiento
Gracias a un continuo proceso de mantenimiento el local sigue siendo nuevo, atractivo e innovador.
Normalmente, después de la reforma de un local muy antiguo, se nota un fuerte incremento del público. El objetivo del mantenimiento es conservar el atractivo original.
El mantenimiento corresponde a una secuencia de “micro reformas” con menos impacto económico porque no es necesario el cierre de la actividad en una reforma integral.
Revisión constante de las instalaciones, frecuentes repasos de pintura, mantenimiento de suelo (rebaje, abrillantado, barnizado, etc.), puesta al día y renovación de imágenes con actuación de campañas o cambio de temporada: la real eficiencia de un constante mantenimiento se puede, mayormente, apreciar en tiendas con varios años de actividad y que sigan siendo locales puestos al día y novedosos.

Conclusión
El local es la herramienta básica de trabajo para quien quiera emprender una actividad comercial.
Es el medio físico entre el producto y su consumidor.
Saber reconocer y cuidar siempre la calidad de nuestro local nos pone a un nivel superior e imprescindible para ser competitivos en el mercado.