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Crecer con el cliente

Franquicias & Negocios

El sector de la moda infantil ha crecido cerca de un 11% en los últimos dos años.

Aumenta el número de clientes y, con ellos, la demanda, en un sector en el que la compra se realiza por necesidad. Hablamos de la moda para niños, un segmento de mercado que no ha parado de crecer en los últimos años y que todavía dará mucho de sí. Las marcas españolas ya se han puesto a trabajar para ser competitivas, dentro y fuera de nuestras fronteras.

Ha crecido en más de un 11% si comparamos con cifras de dos años atrás. Este es un dato de la Asociación Española de Fabricantes de Productos para la Infancia que demuestra el momento de crecimiento sostenido que vive el sector de la moda infantil. Para garantizarlo, sólo decir que, según cifras de la Feria Internacional de Moda Infantil, este segmento de mercado mueve cada año cerca de 650 millones de euros anuales en España. En los últimos años, dentro del mundo de la moda, el sector especializado en los más pequeños es el que mejores resultados está alcanzando.

Compra por necesidad
Una tasa de natalidad más elevada y una mayor profesionalización del sector son dos de los cimientos sobre los que se sustenta el éxito de este mercado.
Por un lado, aunque España sigue presentando uno de los índices de natalidad más bajos de Europa, la cifra actual es la más alta de los últimos años. Los españoles tienen más hijos y, por consiguiente, también destinan más recursos a los mismos. A este aumento de demanda, se suma otro propio del sector: “Los niños crecen muy rápido –explica Erik Mayol, director general de Orchestra en España– y cada temporada los padres han de renovar sus armarios”. Así, la compra por capricho que se produce en muchas ocasiones en la moda para adultos, en el caso de los niños se sustituye por una compra por necesidad y una mayor facilidad para fidelizar a la clientela; si queda contento, volverá el próximo año o, según a qué edades, a los seis meses.

Por otro lado, los profesionales del sector, se han dado cuenta del gran potencial de desarrollo y rentabilidad que ofrece este segmento de mercado y han tomado cartas en el asunto. La moda infantil ha evolucionado en diseño, en calidad... acercándose a la de los adultos. La ‘infantilización’ de las prendas para los pequeños ha quedado atrás y cada vez son más los diseñadores que apuestan por este target de cliente, cada día también más exigente. Marcas como Vittorio y Luchino, Antonio Miró, Adolfo Domínguez, Francis Montesinos o Hannibal Laguna ya han apostado por ello con innovadoras colecciones.

Marcas más competitivas
El panorama para las enseñas que actúan en este sector se muestra alentador. Aunque el mercado español continúa copado por firmas extranjeras, la mayoría procedentes de Francia, las marcas de nuestro país se presentan cada vez más competitivas. Han comprobado que es necesario innovar para hacerse fuertes y desarrollarse, tanto en el mercado interior como en el exterior.  Para Josep Maria Bagur, de la firma Cribaggi, las marcas españolas, aunque tarde, han sabido reaccionar: “Antes, los fabricantes españoles iban al extranjero a copiar, ya que en otros países habían sabido optar por diseños realizados de forma más profesional”. “Afortunadamente –amplía– la relación diseño-precio-calidad actual nos hace competitivos fuera de nuestras fronteras”. Aunque una tercera parte de las marcas que operan en nuestro país son francesas, seguidas de las italianas, el número de marcas españolas no ha dejado de crecer en los últimos años. En total, existen cerca de 30 firmas activas, que suman alrededor de 1.100 establecimientos operativos. 

Aptitudes comerciales
Para entrar a formar parte de una de estas redes, se necesita una inversión inicial que ronda, como media, los 70.000 euros. Los establecimientos, preferiblemente ubicados en zonas de primera línea comercial, en ciudades de como mínimo 50.000 habitantes, deben contar con una superficie mínima de 80 m2, aunque esto variará en función de la enseña de la que hablemos. En cuanto al perfil del franquiciado, la mayoría de centrales busca personas con aptitudes comerciales a las que les resulte atractivo el sector aunque no cuenten con experiencia en él, ya que los franquiciadores coinciden en que lo más importante para alcanzar el éxito con una franquicia es que el franquiciado se sienta motivado y que le guste el negocio, porque todas las actividades tienen ventajas y dificultades.

Y uno de los inconvenientes que presenta el negocio de la moda infantil es la gran variedad de tallas con la que se trabaja, lo que complica un poco la gestión. A diferencia de la moda para adultos, las prendas infantiles tienen un sistema de tallaje más complejo y variado. Esto puede dificultar las previsiones de producción y las de venta más que en segmento de la moda para mayores.


Profesionalidad
Ocupa un lugar privilegiado en el complejo mundo de la moda lo que, como sostienen los profesionales del sector, no garantiza que cualquier negocio de moda infantil tenga el éxito asegurado. Lo define bien Lluis Banús, responsable de Expansión de Canada House: “Siempre he tenido el convencimiento de que una tienda, sea de la marca que sea, es como una mesa de cuatro patas”. Una de esas patas correspondería a la ubicación del establecimiento, otra a las características del local, la tercera al producto que se vende, y la última a la persona que está al frente del negocio. Si una de las cuatro patas cojea, independientemente de la bondad del sector, nos encontramos frente a un negocio mal equilibrado, que puede tener un resultado no acorde con las expectativas que, de entrada, ofrecía el sector.

El segmento de la moda infantil se muestra en el momento actual como un buen nicho en el que invertir, siempre que se trabaje con rigurosidad y profesionalidad, es decir, siempre que tengamos las cuatro patas de la mesa bien aposentadas.