La última apertura se ha llevado a cabo en Castellón.
En el resto de España Cañas y Tapas se encuentra fuertemente implantada y el objetivo para el próximo ejercicio es continuar su desarrollo, especialmente en aquellas regiones donde cuenta con menos presencia para mantener el liderazgo que ha alcanzado entre las enseñas del sector.
Uno de los factores que ha llevado a la cadena especializada en tapeo a alcanzar los excelentes resultados de los últimos años, ha sido una permanente evolución del concepto de negocio. Donde más se ha notado este cambio es en la oferta gastronómica de los establecimientos que ha aumentado considerablemente hasta alcanzar casi 100 platos diferentes. Todos ellos están elaborados con ingredientes de primera calidad consiguiendo una excelente relación con su precio.
Para instalar una franquicia de Cañas y Tapas es necesaria una inversión que oscila entre 190.000 y 300.000 euros. Los locales han de tener un mínimo de 120 m² y estar situados en localidades cuya población supere los 35.000 habitantes.