La cadena de restaurantes El Racó empieza el año con una imagen totalmente renovada y sumando once locales operativos a su red.
Comer bien, a un precio justo y en un ambiente moderno. Con estas bazas, la cadena de restaurantes El Racó pone sobre la mesa todas sus cartas y apuesta por acercar su concepto de negocio al público de todos los rincones, poniendo en marcha un ambicioso plan de desarrollo. ¿La clave del éxito? Fortalecer su oferta, siempre vinculada a las tendencias más actuales y a los deseos del consumidor, con la renovación de sus locales, a los que la cadena ha dotado de un aire nuevo y moderno.
La cadena acaba de inaugurar su undécimo local, para el que no podían haber elegido mejor ubicación. El último local de El Racó se ha puesto en marcha en el área comercial “Vapor Gran” de Terrassa (Barcelona), uno de los principales ejes comerciales de la ciudad, que reúne un gran número de tiendas, centros de negocios, de servicios y locales de ocio. Este nuevo local significa el primer paso del año para el desarrollo del grupo catalán. Uno de los principales actractivos de este nuevo local de El Racó, que cuenta con 420 m², es su situación estratégica (cerca de Barcelona, Sant Cugat y Sabadell), así como su amplia área de influencia. Y, siguiendo la estrategia puesta en marcha en su último restaurante abierto en Barcelona (Ronda Universitat, 11), la decoración de este nuevo local de Terrassa está basada en elementos innovadores, tanto en diseño como en imagen: un diseño funcional y minimalista, adaptado a los nuevos tiempos y a los nuevos clientes.
Una de las principales bazas de El Racó es la relación calidad-precio que presenta su oferta. El Racó permite a sus clientes comer de forma variada, alimentos de calidad y a un precio competitivo. De esta forma, y gracias a la diversificación que presenta su cocina, El Racó logra fidelizar a su clientela. En los establecimientos de El Racó se puede consumir una amplia oferta de calidad de ensaladas, pastas, pizzas, carnes y crêpes. El Racó dispone de una cocina central donde preelabora los distintos platos de la carta facilitando el trabajo en los establecimientos; además, dispone de un departamento de I+D que se encarga de dotar de imaginación los distintos platos que se consumen, tanto en la elaboración de los productos como en su denominación.
El nuevo local tiene capacidad para más de 100 comensales. Como explican los responsables de El Racó, han aprendido a cuidar a sus clientes, a atraerlos y a satisfacer sus expectativas, consiguiendo así que quien pruebe, repita. Para alcanzar su éxito, la central apoya a la marca de forma permanente, mediante acciones publicitarias, promociones, etc., con el fin de atraer nuevos clientes. ¿Uno de los pilares de El Racó? Que el cliente, además de comer bien, se sienta bien.