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Al pan, pan…. Uno de los sectores que más se ha modernizado y profesionalizado

Franquicias & Negocios

Un producto que se consume todos los días del año y dirigido a todo tipo de públicos. Con este as en la manga, el sector de las panaderías ha dado un giro en su estrategia en los últimos años, diversificando su línea de negocio e incluyendo en su oferta una amplia variedad de productos: bollería, cafetería, pastelería, degustación... cubriendo, de este modo, todas las franjas horarias y posicionándose como una actividad con un gran potencial de desarrollo.

Si hasta hace poco era el segmento de restauración menos considerado por los inversores, las enseñas de panadería han dado un vuelco a esta tendencia diversificando su línea de negocio y haciéndose un hueco en el mercado como una excelente oportunidad de negocio. 
Son alrededor de nueve las enseñas que se reparten el mercado de las panaderías en franquicia y, entre ellas, suman cerca de 300 establecimientos operativos, la mayoría de ellos franquiciados. A la cabeza en número de establecimientos, se posiciona El Molí Vell, con más de 140 unidades operativas y más de 25 años de experiencia en el sector.

- Ante todo calidad
Hombres, mujeres y niños de todas las edades; todos los días y 365 días al año. La principal baza del sector de las panaderías es que comercializan un producto atemporal, de consumo diario y para todos los públicos.
Una de las ventajas es que no se ha de crear una necesidad de consumo al cliente porque, como explican los responsables de la enseña Dona Vaniri, es el cliente quien acude en busca del producto: “Trabajando con productos de primerísima calidad no es necesario ningún tipo de estrategia para forzar la venta”. La calidad, en el producto y en el servicio, determinará que el cliente se decante por un establecimiento u otro para realizar su compra.
Y, aunque la competencia en el sector es elevada, hay espacio para todos. Con este as en la manga, el sector no ha permanecido inmóvil y en los últimos años las marcas que operan se han puesto al día renovando el concepto de negocio y presentando una oferta más acorde al nuevo consumidor y a las nuevas tendencias de consumo.

- Una oferta más amplia
Frente a las tradicionales panaderías de barrio, en las que, además de pan, se vendían como mucho productos de bollería, las enseñas de hoy en día distan mucho de aquellas.
La mayoría ha optado por enriquecer su negocio con distintas líneas y, por lo general, ofrecen, además de artículos de panadería y bollería, productos de pastelería, cafetería, zonas de degustación, etcéteras... Una oferta cada vez más variada. Las últimas tendencias de las enseñas más atrevidas pasan por completar el negocio con comida para llevar, prensa, objetos de regalo... Con el objetivo de satisfacer la nueva demanda de los consumidores.
Se dispone de menos tiempo y encontrar una amplia oferta en un mismo establecimiento, más si hablamos de productos de primera necesidad, es una ventaja para la clientela, que gana en comodidad y, sin duda, es también un valor añadido para el empresario, que consigue de esta manera aumentar la rentabilidad que consigue con su actividad. 

- A todas horas
“Si añadimos la parte de cafetería y degustación conseguimos diversificar aún más el negocio y mejorar la rentabilidad en horarios de apertura al público”. En Horno Sanbrandan lo tienen claro: una buena idea para mejorar el funcionamiento de estos establecimientos, a los que antes sólo se acudía a comprar pan, es ampliar el servicio a todas las franjas horarias. La mayoría de enseñas han añadido a su oferta productos  dirigidos a un target amplísimo de consumidores y que cubren desde el desayuno hasta la comida o la merienda.

-Nuevos procesos
En cuanto a los procesos de elaboración de los productos también se han producido cambios que, sin duda, han facilitado la gestión de los puntos de venta. “Lo que comenzó siendo una alternativa poco popular hace 15 o 20 años -explica Ángeles Santos, directora de Expansión de Horno Sanbrandan-, con la aparición en el mercado y de las masas congeladas y los panes ultracongelados, el consumo de este tipo de productos hoy es una práctica general en el sector”.

La introducción de nuevos procesos agilizó el funcionamiento de los establecimientos, pero también provocó cambios necesarios en el acondicionamiento de los locales, con la introducción de hornos y cámaras de congelación, y con el consiguiente aumento en la inversión que este hecho supone. Antes de ver este hecho como un inconveniente, habría que valorar las ventajas: además de la comodidad en la gestión del establecimiento, hay que tener en cuenta la nueva dinámica en la compra. El cliente quiere llevarse el producto recién hecho y, de este modo, se consigue satisfacerle.
Además, la nueva forma de operar favorece también la rentabilidad que obtiene el empresario; con los nuevos procesos, es prácticamente imposible que el establecimiento se quede sin producto y, al mismo tiempo, le facilita al empresario el ajustar las cantidades, evitando el producto sobrante en la tienda.  

- Sin experiencia previa
Ventajas, todas ellas, para los emprendedores que decidan apostar por este sector uniéndose a alguna de las cadenas que operan en él.
Para abrir una panadería en cadena hay que hacer un desembolso mínimo de, como media 57.000 euros, con un baremo que alcanza los 120.000 euros para algunas enseñas. El canon de entrada varía entre aproximadamente 3.000 euros y 24.000 euros, dependiendo de la marca. La población mínima que marca el umbral de rentabilidad de estos conceptos oscila entre los 10.000 habitantes y los 50.000 habitantes. En cuanto al local comercial, debe tener una superficie mínima de entre 15m2 y 100m2, dependiendo, entre otros factores, de lo variada que sea la oferta de la enseña en cuestión.
Por norma general, no se necesita contar con experiencia previa para unirse a una cadena de panaderías en calidad de franquiciado y son las centrales de las enseñas las que aportan la formación necesaria a sus asociados para conseguir una  correcta gestión del negocio y para alcanzar el éxito deseado con la actividad. Sí que es necesario contar con ciertas habilidades comerciales, si se apuesta por el negocio como actividad de autoempleo, además de capacidad para atender a la clientela y ofrecerle un trato correcto.

- Más profesionales y modernos
El sector se ha modernizado y profesionalizado, y ha empezado a tener como primera consideración las demandas de los clientes. Se le ofrece un producto recién hecho, un tratamiento moderno apoyado en distintas acciones de marketing, una imagen actual de los establecimientos y una ubicación idónea. Se pone especial interés en todos estos aspectos; en definitiva, la mayoría de empresarios del sector han optado por dotar a su negocio de un plan más estratégico, en la misma línea de otras actividades que son el motor de la economía, como puede ser el sector de la moda.
Es fundamental la percepción que el cliente tiene del establecimiento y los empresarios son conscientes de este hecho. Como definen los responsables de Dona Vaniri, “cada vez se tenderá más a la especialización, a la implantación de servicios exclusivos y muy variados, donde la atención, la calidad y la comodidad del público serán la piedra angular del negocio”.
Ofrecer un producto artesanal y sano, en el que prime la calidad, junto a un servicio y un establecimiento cuidados hasta el más mínimo detalle, son algunos de los valores que llevan al consumidor a decantarse por un establecimiento u otro. La competencia es elevada y para destacar hay que tenerlo claro, como los responsables de Kroxan: “En el futuro permanecerán y crecerán aquellas cadenas que apuesten por la calidad y ofrezcan un servicio profesional y rápido”.