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Franquicias & Negocios

Descubre cuál es el negocio ideal para ti según el perfil al que respondas.

Saber dirigir equipos de personas, tener vocación comercial o capacidad en la gestión. Las habilidades personales son un puntal en la elección de un negocio y cada sector requiere unas capacidades determinadas. Hacer un ejercicio de autoanálisis puede ser muy útil para descubrir qué tipo de negocio nos es más afín. Aquí tienes algunas pautas.

Cualquiera puede estar al frente de un negocio propio. Podría darse por cierto; con esmero y dedicación casi todo el mundo podría desarrollar una actividad. Pero no menos cierto es que cada persona será más o menos hábil para gestionar un negocio en función de sus habilidades,  y cada negocio en concreto requerirá tener más desarrolladas unas aptitudes en particular.
En el complejo mercado de los servicios existen actividades idóneas para todos los perfiles de emprendedor. Pararse un momento y reflexionar sobre qué capacidades tenemos más desarrolladas es muy eficaz antes de lanzarse de cabeza al negocio que, de entrada, parece más atractivo o rentable. Cualquier habilidad será provechosa para desarrollar todo tipo de negocios, pero existen destrezas imprescindibles para algunas actividades en las que, la carencia del perfil adecuado puede desembocar en el fracaso del negocio.  

- Vocación comercial
Algunos negocios se basan en la venta activa; los clientes no acuden al punto de venta y es el gerente de la actividad quien ha de ‘salir en su busca’. Sobre todo en estos casos es fundamental contar con habilidades comerciales.
Algunos de los segmentos de mercado que requieren este perfil son los servicios de transporte o las agencias de viajes, entre otros. Son sectores en los que, en general, es fundamental tener habilidad en las relaciones públicas y en los que resulta relativamente fácil fidelizar al cliente siempre que se le ofrezca un trato correcto; si se les trata bien, suelen volver.
Un buen comercial ha de poseer carácter ‘ejecutivo’: ha de ser rápido en el momento de tomar decisiones, ha de ser decidido y actuar mostrando confianza en sí mismo. Además, ha de ser capaz de adaptar la forma de venta al cliente que se encontrará en cada caso. Intentar descubrir qué busca y ofrecérselo, un hecho fundamental cuando se vende un servicio, ya que el cliente no puede comprobar el valor de lo que compra a simple vista, es un intangible al que el vendedor puede dotar de valor añadido según sea su destreza en el momento de la venta.

En este punto, resultan fundamentales las habilidades comunicativas: emplear el tono de voz y el vocabulario adecuado, utilizar bien los silencios y saber escuchar al otro interlocutor. Si se tiene habilidad para entablar una buena relación con el cliente, se cuenta con un buen aliado para alcanzar el éxito en este tipo de negocios.
Para la mayoría de enseñas que requieren un perfil comercial a sus franquiciados, no es imprescindible que cuentan con experiencia previa en el sector; es la central quien les aporta la formación necesaria. Saber prospectar clientes, diagnosticar, ofrecer y cerrar operaciones son algunos de los conocimientos que el emprendedor deberá adquirir. Aunque la venta activa conlleva mayor organización, además de  constancia para seguir las ventas sin desanimarme en los momentos de menos trabajo, también presenta ventajas frente a la venta pasiva: permite ‘salir a vender’ en el momento que se crea más oportuno.    

- Un buen trato con el cliente
Saber tratar al cliente es una habilidad necesaria en la mayoría de negocios y, en algunos, es imprescindible. La capacidad de relación con el target de cliente, el conocimiento del servicio que se vende y la habilidad para realizar ventas cruzadas, son aptitudes con las que ha de contar quien apuesta por una agencia inmobiliaria, un negocio de intermediación financiera, etcétera. Saber atender al cliente implica evitar mostrar altibajos anímicos; ser en cualquier caso amable con el cliente. Además, el vendedor ha de estar convencido de que él pagaría por el servicio que está intentando vender para convencer, al mismo tiempo, a su cliente.
Una de las habilidades que permite distinguir a un vendedor de un buen vendedor es la de realizar ventas cruzadas: un buen vendedor, en lugar de realizar la venta y poner aquí fin a la operación, propone servicios relacionados con el que está vendiendo al cliente para incrementar, en la medida de lo posible, la venta inicial.  

- Dirigir equipos
No es fácil convertirse en líder de la noche a la mañana, una cualidad imprescindible en las actividades en las que se ha de dirigir a equipos de personas, como son los centros en los que se prestan servicios estéticos. Contar con capacidad de liderazgo supone saber transmitir a tu equipo los intereses del negocio y lograr, sin imponérselo, que se sientan identificados con ellos.

El primer paso consiste en seleccionar un buen equipo de trabajo. Esta tarea no suele ser fácil para los franquiciados que empiezan y las centrales, conscientes de ello, suelen ofrecerles ayuda en la selección del personal. Una vez elegido, se ha de formar al personal, evaluarlo y motivarlo de forma constante para que se sienta bien con el trabajo que desempeña. Además, se ha de ser capaz de despedir a un empleado cuando sea necesario, algo que de entrada puede parecer una obviedad, pero que dependiendo del carácter de la persona que está al frente del negocio, puede resultar complicado. Aunque tener madera de líder depende de factores innatos, el saber dirigir equipos de personas es una habilidad que se puede adquirir y perfeccionar con la experiencia.

- Formación
Para desarrollar cualquier actividad, contar con experiencia previa allana el camino y siempre resulta positivo. Existen nichos de mercado en los que es imprescindible tener conocimientos del negocio o, incluso, hay negocios que requieren a sus franquiciados contar con una titulación específica. Sectores como el de la intermediación financiera, que en la mayoría de casos requieren un perfil de franquiciado con titulación universitaria: licenciados o diplomados en económicas o derecho, por ejemplo.
Algunas de estas enseñas también ofrecen la posibilidad de unirse a su red a inversores que, interesados en la actividad, se unen a un profesional para desarrollar el negocio. La mayoría de centrales franquiciadoras acogen dos perfiles distintos de franquiciados. Por un lado, ofrecen la posibilidad de considerar el negocio como actividad de autoempleo, en la que el mismo franquiciado será quien estará al frente de la gestión diaria. En algunos casos, estos suelen ser profesionales del sector o personas con un cierto conocimiento que desean unirse a una cadena para ser más competitivos o que no tienen posibilidad de abrir un negocio partiendo de cero. La franquicia les aporta, en este caso, el respaldo necesario para no fracasar. Por otro lado, las enseñas suelen contemplar el perfil del inversor que, sin experiencia en el sector, se siente atraído por la actividad y apuesta por el negocio, poniendo al frente del mismo a otras personas. En este caso, basta con que el emprendedor cuente con ciertas habilidades comerciales.

- Antes de elegir
Que sea una persona con carácter emprendedor, capaz de asumir el método de la franquicia (adaptarse a las pautas que le marque el franquiciador, aplicar la metodología que la central establezca, etcétera) y que disponga de los recursos económicos necesarios para unirse a la red, son condiciones que tienen en común la mayoría de enseñas.
A partir de aquí, cada una pide a sus franquiciados unas u otras habilidades. Conocer las carencias y las capacidades personales antes de decidirse por un negocio es un paso que todo emprendedor debería dar.