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La franquicia estrena el Sello de Calidad

Franquicias & Negocios

Esta primavera se estrena el Sello de Calidad de la Franquicia, propuesto por la Asociación Española de Franquiciadores (AEF). Este Sello se erige con el objetivo de mejorar la gestión de la actividad franquiciadora de las enseñas.

Estrenemos Sello
Tras largo tiempo de trabajo por parte de los miembros de la Junta Directiva de la Asociación Española de Franquiciadores y el Comité que creó para la elaboración de la Norma, esta primavera se recordará en el sector de las franquicias de nuestro país por el estreno del Sello de Calidad de la Franquicia.
Desde hace algunas semanas, cualquier empresa que lo desee ya puede certificarse bajo este Sistema de Calidad de la Franquicia propuesto por la AEF, que se erige con el objetivo de mejorar la gestión de la actividad franquiciadora de las enseñas y asentar las pautas del buen gobierno de las cadenas de franquicias.
Siendo único en toda Europa y casi todo el mundo, el Sello de Calidad de la Franquicia representa un contundente paso de la Asociación Española de Franquiciadores en busca de la calidad del sector.

Los principales beneficiados: los Franquiciados
Sin duda alguna, los franquiciados de las enseñas que se certifiquen serán los máximos beneficiados del Sello. Sólo por el hecho de que una empresa franquiciadora trabaje para la obtención del Sello ya dará un valor adicional a sus franquiciados, ya que la Norma que se pide cumplir para el otorgamiento del Sello fuerza a la Central a tener una preocupación constante y activa hacia sus franquiciados, manteniendo y mejorando progresivamente procesos de formación, asistencia, planes de mejora de la calidad, registros, prácticas comerciales, etc. desde el inicio de la relación entre ellos y hasta su fin –si éste llegara a producirse–.
El Sello indica, pues, qué debe hacer una Central, pero no cómo debe hacerlo y esto da flexibilidad a las enseñas para determinar la manera como mejor encaja el Sello en su sector y su Know–How, lo que no encorseta a la Central y sus franquiciados y les permite definir sus propios requisitos que les conduzcan a resultados más eficientes.

También se indica la manera en la que la Central debe tratar la información que proporciona al inversor a la hora de comercializar su franquicia, luego se convierte en otra gran ventaja para el futuro franquiciado de una cadena, ya que éste podrá conocer a ciencia cierta qué hace la Central para sus franquiciados y, por lo tanto, elegir mejor si le conviene su unirse a ella.

¿Con el Sello se venderán más franquicias?
En el último año se ha hablado mucho sobre las ventajas comerciales que puede suponer para una enseña el mero hecho de poseer y, por supuesto, mostrar en toda su documentación pre-contractual el Certificado de Calidad en el Sistema de Franquicia.
El argumento a favor de esta opinión se basa fundamentalmente en que el Sello se convertirá en un atributo diferencial entre aquellas enseñas que lo posean y aquellas que no; por ser el Sello una garantía de cumplimiento de requisitos de calidad, honestidad y atención a los franquiciados, se le otorgará un valor adicional a las empresas que lo posean y los inversores o emprendedores preferirán a éstas antes que a aquellas que no lo posean.
Por el contrario, hay quien opina que existen parámetros tanto o más relevantes en los que se fijan los inversores o emprendedores, como la rentabilidad, la notoriedad de marca, la inversión, la satisfacción de los franquiciados actuales, etc., y que como atributo sólo será diferencial siempre y cuando la competencia no lo posea.
Hoy por hoy, todo esto sólo son conjeturas que más bien se apartan del tema principal que persigue el Sello.

Integrar la Normativa del Sello en la actividad franquiciadora de una enseña –se certifique o no– debe hacerse a partir de una reflexión más profunda, decidiendo certificarse con la firme convicción de querer establecer en la Central franquiciadora y en la cadena un sistema de calidad en franquicias, cuyo esfuerzo traerá consigo resultados positivos para toda la red, del mismo modo que hacer mejores productos incrementa las ventas.
En mi opinión, el Sello de Calidad de la Franquicia confiere en cualquier caso un atributo positivo para la empresa que se certifique o que trabaje para ello y sobre todo para sus franquiciados. Y después, adicionalmente, los que hemos sido o son directores de expansión de marcas de franquicia sabemos que un atributo positivo, diferencial o no, aporta un valor añadido a la franquicia que se ofrece en el mercado, con lo que poseer el Sello seguro que aumenta las posibilidades de incrementar los establecimientos de la red y que los inversores o emprendedores confíen más en esta red de franquicias.


El Sello, herramienta para gestionarse mejor
Más allá de las virtudes comerciales, el Sello es la gran oportunidad de las firmas franquiciadoras para demostrar al mercado que tienen una relación de calidad con sus franquiciados y que gestionan su red de establecimientos según aconsejan las pautas del buen gobierno de una cadena de franquicias.
Hasta el momento, estas empresas sólo podían esperar que las personas que se interesaban por ellas creyeran a ciegas las explicaciones de su equipo de profesionales, lo cual no era tarea fácil para el equipo de expansión. Con el Sello, estas empresas lo podrán afirmar con rotundidad dado que sus argumentos vendrán respaldados por una empresa de certificación independiente y por la misma Asociación Española de Franquiciadores.
Adicionalmente, el Sello se convierte en una guía práctica sobre qué hacer para gestionar con calidad la relación entre franquiciador y franquiciados, antes y después que éstos firmen el contrato de franquicia. Fácilmente y con el correcto asesoramiento de un consultor especializado, una empresa podrá determinar cómo hacerlo en su caso, por lo que el Sello es y será una excelente herramienta para gestionar mejor esta relación y toda la cadena de franquicias.
La gestión de la relación franquiciador – franquiciado junto con los resultados económicos son los dos factores más determinantes del éxito empresarial de una enseña de franquicias y del número cierres de establecimientos de una cadena. Se convierten, pues, en las áreas de mayor relevancia por parte de la Central para la estabilidad de una cadena de franquicias o, lo que es lo mismo, para su rentabilidad a corto y largo plazo.

Es por ello que en FDS hemos diseñado un nuevo servicio enfocado tanto a ayudar a las empresas a conseguir el Sello de Calidad de la Franquicia como al mantenimiento del mismo ayudando a la empresa a incrementar paulatinamente los estándares de calidad que hoy recoge el mismo.
Otra dimensión a la que se presta el Sello es la de permitir a una empresa integrar en su funcionamiento interno la normativa del Sello y después, decidir si se certifica o no. Esta nueva dimensión permite a las empresas mejorar en su actividad franquiciadora con un guión fiable y sin más costes que los producidos por la adaptación de sus procesos.

El Sello es, pues, una gran herramienta para aquellas empresas que quieran dirigir sus actuaciones hacia sus franquiciados con calidad y buen saber hacer, más allá de quererlo para adornar mejor su documentación de franquicia con la estampa del Sello.
El Sello no garantizará el éxito empresarial o la rentabilidad de una franquicia, nadie puede garantizar eso, ni de un establecimiento franquiciado ni de una cadena completa; no lo puede hacer ni un sello, ni un buen Know–How ni una bola de cristal. Las franquicias son negocios que se baten en mercados competitivos y por esta condición están sujetos tanto al éxito como al fracaso. Pero está demostrado que la franquicia reduce considerablemente el riesgo de fracaso de un establecimiento nuevo y, siendo eso así, el Sello, bien aplicado, puede incrementar en gran medida la estabilidad a largo plazo de una cadena, la satisfacción de sus franquiciados y, en definitiva, mejorar los resultados económicos.