Enseñanza y formación; negocios vocacionales y rentables.
Aunque siempre ha existido la figura del profesor particular, el de la enseñanza es un sector que se ha profesionalizado hace relativamente poco tiempo. Las enseñas que operan no cuentan, en su mayoría, con muchos años de experiencia. Son alrededor de 43 las que se reparten el mercado. ¿Las ventajas? Es una actividad de autoempleo idónea para los profesionales de este segmento. Además, son conceptos que suelen requerir una inversión inicial reducida, que se pueden desarrollar en pocos metros y en casi cualquier ubicación.
Es un sector joven y, a día de hoy, emergente. El segmento de la enseñanza y la educación ha ido despuntando tímidamente hasta hacerse un hueco en el mercado y posicionarse como un nicho interesante para explotar. Ahora las cadenas con más de una década de existencia, se consolidan y, de forma paralela, surgen nuevas enseñas que apuestan por este nicho de mercado. En dos años se ha duplicado el número de cadenas que opera en este sector. En la actualidad son alrededor de 43 las que se reparten el mercado.
Y, lo que ofrecen es una propuesta ampliamente diversificada: desde clases de refuerzo de matemáticas hasta clases de música o actividades deportivas. Y es que, una de las principales tendencias del sector es diferenciarse; la especialización, siempre apoyada en un servicio en el que lo que prime sea la calidad que se ofrece al cliente.
Una realidad social
Queda patente que en los últimos años ha surgido un interés y una preocupación crecientes por prevenir el fracaso escolar, un problema que viene determinado por múltiples factores. Desde el contexto social, familiar o educativo, hasta el trabajo que realiza cada profesor o la disposición que asume el propio alumno. Todos ellos son aspectos que han propiciado el empobrecimiento de los resultados escolares y que cada vez sean más las personas que busquen ayuda y soporte en centros especializados. Y aquí es donde las enseñas especializadas en enseñanza pueden demostrar sus ventajas; de cara al cliente, la enseñanza individualizada permite al alumno disfrutar de una atención integral y exclusiva por parte del profesor, que se adapta a sus necesidades específicas, siendo así mucho más sencillo obtener un buen rendimiento de las horas dedicadas al estudio.
Los datos hablan solos
Basta con observar los datos: según el Instituto de Calidad y Evaluación (INCE), casi la tercera parte de los estudiantes en edad adolescente de nuestro país, alumnos de ESO, obtiene calificaciones negativas. Y, los datos ofrecidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), apuntan que el 25% de los jóvenes no termina sus estudios básicos. Estas cifras, unidas al elevado nivel de absentismo escolar y de abandono de los estudios, demuestran la necesidad de que todas las partes de la sociedad implicadas en el tema actúen de forma conjunta, dotando a los jóvenes de las herramientas necesarias para lograr el éxito en los estudios.
De cara al inversor, hace relativamente pocos años, frente a esta realidad social, el sector empezó a profesionalizarse. Aunque siempre ha existido la figura del profesor particular, hace poco más de una década que existen cadenas que operan en este segmento de mercado.
Una oferta amplia
La demanda educativa es cada vez mayor y no sólo en lo que se refiere a refuerzo escolar. También crecen las solicitudes de otras ofertas más especializadas, como clases de música, de ofimática, etcétera.
Para hacer frente a esta demanda, el sector de la enseñanza y formación aúna una amplía variedad de conceptos, desde los que centran sus clases en reforzar una asignatura determinada, como las matemáticas, hasta los que se especializan en educación infantil, estética o ciencia.
Negocio de autoempleo
Entrar en un sector con futuro. Los expertos del segmento, ven la actividad como una buena oportunidad de autoempleo para los profesionales de la enseñanza, educación o cualquiera de sus especialidades. Pero tampoco dejan de lado las dificultades que esto supone. Los requisitos que implica el adentrarse en una de estas actividades, muchas veces supone un freno a los emprendedores que se interesan por él. Se trata de negocios vocacionales y rentables, por los que muchos candidatos se sienten atraídos, pero que a la vez choca en ocasiones con la realidad: las necesidades de espacio y las fuertes inversiones que requieren algunos conceptos, impide la entrada a los inversores más modestos. La dificultad para encontrar local y para adaptarlo adecuadamente es una de las principales contenciones que afectan al sector.
En este sentido, habría que puntualizar que existen muchas diferencias económicas y de requerimientos según el concepto del que hablemos. Las mayores inversiones corresponden a conceptos de negocio especializados, sobre todo, en educación infantil (de cero a tres años) o en algunas actividades de ocio. Estos centros necesitan más metros cuadrados para desarrollar su actividad, más equipamiento y, por lo tanto, mayor acondicionamiento y mayor inversión.
En crecimiento
Las cadenas especializadas en refuerzo escolar son más asequibles: presentan una inversión media de 30.000 euros y son actividades que suelen necesitar locales de pocos metros cuadrados, alrededor de 40. Además, unirse a una de estas cadenas como actividad de autoempleo, implica no necesitar mucho personal, al menos al inicio del negocio.
Pero, aunque son negocios pensados, de entrada, como actividades de autoempleo, la mayoría de cadenas contempla la opción del inversor interesado en el sector, que contrata a profesionales para su gestión diaria.
En cuanto a la ubicación de este tipo de negocio, no es necesario que sea en zonas comerciales, pero sí que la mayoría de enseñas prefiere locales a pie de calle y en zonas escolares o de paso peatonal.
¿Las previsiones de futuro? que el sector siga creciendo, tanto en enseñas como en número de unidades. De momento, las ya existentes prevén, de media, una decena de aperturas.