Asentada sobre suaves ondulaciones arenosas, su territorio se distribuye entre extensas playas, áreas boscosas y láminas de aguas formadas por las marismas y la ría.
La situación de la población asemeja la proa de un barco que enfila el Atlántico. De ahí la presencia permanente de las brisas marinas que atemperan un clima muy agradable.
Su riqueza natural está representada por las Marismas del Odiel, la Laguna del Portil y el Paraje Natural de los Enebrales, consideradas todas zonas protegidas.