Tras dar por finalizada la integración de Lizarrán, el grupo Comess, ha relanzado su estrategia de crecimiento internacional.
El mercado exterior no es nuevo para la compañía. Enseñas como Cantina Mariachi o Lizarrán ya operaban en Portugal, Italia, Alemania, Francia, Estados Unidos y México, antes de la unión de los dos grupos.
El presidente del grupo Comess, Manuel Robledo, considera que la fortaleza de dos conceptos con muy buena acogida en el exterior – la comida mexicana y las tapas españolas- abre una nueva oportunidad para la internacionalización de la compañía de restauración.
Una de as áreas prioritarias de crecimiento son los países del Este. A través de un socio, Cantina Mariachi ya ha desembarcado en Rumania con un local en el mayor centro comercial de Bucartes, que será el buque insignia para su desarrollo en la región. En este momento, el grupo español mantienen conversaciones avanzadas para entrar en Hungría. “Nuestro gran objetivo es atacar Polonia”, reconoce Robledo.
Otros mercados
Dentro de Europa, Comess también considera tractivos los países nórdicos. Un primer paso es la firma de un acuerdo de mastrefranquicia para Dinamarca. Aprovechando su presencia en Italia, la cadena multienseña quiere abordar también Suiza y Austria, mercados pequeños pero con un alto poder adquisitivo y un buen concepto de la comida española.
En paralelo, la empresa ultima la apertura de tres locales de comida mexicana en Turquía (dos en la capital y otro en Estambul) de la mano del socio local Arguigida. Esta presencia se complementará con el desarrollo de países árabes, como Jordania, Egipto o Irán, entre otros, a cargo de Marcalec, su masterfranquiciado en Italia, donde gestiona una veintena de restaurantes.
Pero, sin duda, su reto más complejo es Estados Unidos, un mercado con gran potencial para la marca Lizarrán, según destaca Robledo. Hasta la fecha, sólo hay un establecimiento operativo y la idea es tratar de alcanzar un acuerdo con un grupo local que impulse el crecimiento.
En 2007, la facturación sumará 175 millones de euros, de los que, rente un 12% y un 15%, provendrán del exterior. El objetivo es que en tres años el área internacional aporte un 25% de las ventas consolidadas del grupo.
El impulso internacional no afectará al desarrollo nacional, donde la cadena considera que aún existe gran capacidad de crecimiento orgánico, especialmente, con Lizarrán. “En la actualidad gestionamos 150 establecimientos en España, pero aspiramos a duplicar nuestra presencia, porque es un concepto que tiene cabida en poblaciones de tamaño medio”, asegura Manuel Robledo.
Pese a haber cerrado en marzo de este año la compra de Lizarrán, con una facturación superior a la de Comess, la empresa considera que ya está en condiciones de comprar si urge una buena oportunidad.
El perfil deseado es una cadena que “venda comida y que tenga o pueda llegar a tener una posición de liderazgo”, tal y como manifestó Robledo durante la pasada edición del Salón Internacional de la Franquicia.