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Franquicias & Negocios

Abrir una franquicia en poblaciones pequeñas aporta numerosas ventajas tanto al franquiciado como a la central.

Menos competencia, reducidos costes de alquiler, más disponibilidad de locales... Son algunas de las ventajas que presentan las poblaciones con pocos habitantes. Cada vez más franquicias se instalan en poblaciones desde 10.000 habitantes, o incluso menos, como complemento al desarrollo en las grandes ciudades. Estos municipios, en muchos casos, son grandes mercados aún sin explotar.

Las grandes ciudades y poblaciones resultan destinos atractivos para las cadenas de franquicias. Situarse en la zona más comercial y céntrica, donde más paso de peatones hay, es muchas veces una prioridad para las empresas franquiciadoras, sobre todo en determinados sectores como lo son el comercio o los restaurantes. Llegar a instalarse en estas zonas prime se convierte en el objetivo número uno. En la mayoría de ocasiones, son sinónimo de ventas.
Pero, ¿qué pasa con los miles de municipios con pocos habitantes? ¿No resultan un destino atractivo para las franquicias? Existen en España 7.458 municipios con 10.000 o menos habitantes. Cada vez más, las enseñas miran hacia estas pequeñas localidades como oportunidad de negocio y de futuro desarrollo. Se trata de un nicho de mercado por explotar que, bien estudiado, puede reportar al franquiciado y a la cadena numerosas ventajas.
No son pocas las cadenas que ya se han percatado de ello y paralelamente a su desarrollo en grandes ciudades, optan por adaptar sus negocios para instalarse también en poblaciones con un menor número de habitantes. Para la mayoría de cadenas, primero es importante desarrollarse en las grandes ciudades, adquirir notoriedad de marca y después, complementar su crecimiento con estos pequeños municipios, aprovechando todas sus ventajas.             

Adaptarse
El secreto está en conocer las características de la población, saber qué les falta, qué servicios y productos demandan para saber aportárselo. Muchas veces se tiene que adaptar el modelo de negocio a las peculiaridades del medio. La Central llevará a cabo diferentes estudios de viabilidad para averiguar si es o no necesario adaptar algún aspecto del negocio a la pequeña población.
Muchas veces, el perfil del cliente de una pequeña población no es igual al de una gran ciudad. El ritmo de vida es diferente y por eso quizás la gestión difiere en algunos aspectos. Pero en el fondo, las necesidades son las similares. Productos de primera necesidad, determinados servicios y opciones de ocio son demandadas en las grandes urbes y en los pequeños municipios.
Si un negocio ha conseguido el éxito en una gran ciudad y ha logrado consolidarse, donde la competencia es mayor y hay mucha más oferta, el triunfo en una pequeña o mediana localidad está, por norma general, prácticamente asegurado.

Menor competencia
Una de las principales ventajas de instalarse en poblaciones con pocos habitantes es la menor competencia. De hecho, es una de las primeras razones de las marcas para dar el paso de desarrollarse en estas poblaciones. En la gran ciudad, y mucho más en las zonas más comerciales, la competencia se convierte muchas veces en algo feroz.
En los pequeños municipios hay demandas que no están resueltas o bien lo están de manera muy pobre o con poca variedad.
Con esta menor oferta, la saturación de negocios en las principales calles comerciales será mucho menor. O mejor dicho, casi inexistente.

Menores costes
Uno de los principales problemas a la hora de ubicarse en las zonas más comerciales de las grandes ciudades es encontrar un local bien situado. Y una vez encontrado, los precios de los alquileres suelen ser bastante elevados. Este inconveniente se reduce en las localidades de menor población. Primero de todo, resulta más sencillo encontrar buenos locales en las zonas más céntricas y comerciales de la población. Y en segundo lugar, los precios de los alquileres son más bajos con lo que se reducen costes, lo que a su vez repercute de manera directa en la rentabilidad del negocio.
Está claro que las ventas en una población de 10.000 o menos habitantes serán menores que las que se consiguen en una gran ciudad. Pero esto no significa una menor rentabilidad. En absoluto. Los menores costes que se generan en el negocio contrarestan este aspecto y, al final, el margen de producto es elevado y las ganancias no tienen porque verse determinadas por estas menores ventas.
Además, no se puede pasar por alto un factor relevante. Cuando se instala una franquicia en una pequeña población, no sólo se tiene que tener en cuenta el número de habitantes de dicha población, sino también la de su área de influencia, lo que puede aumentar el número de clientes que acudan a nuestro negocio.

El ‘boca-oído’
Otro factor importante a favor de las pequeñas poblaciones es la rapidez con la que el negocio se da a conocer entre los habitantes de la zona. En estas ubicaciones el ‘boca-oído’ funciona muy bien y resulta un medio de difusión muy efectivo. Mucho más que en las grandes ciudades. Así pues, el conocimiento de la marca entre la población costará menos esfuerzos e inversión en una población con un menor número de habitantes.

Trato con el cliente
Lo que de verdad es importante en un negocio ubicado en una localidad de este tipo, y lo que acabará determinando las ventas, es el trato con el cliente. Esta relación toma mucha más importancia que en las grandes ciudades, donde otros aspectos, como la decoración del local y su capacidad de atracción, priman sobre estos factores. En pequeñas poblaciones es indispensable establecer una relación cercana con nuestros usuarios y ofrecerles calidad y buen precio. Eso es lo que creará una fidelidad a la marca y lo que provocará un aumento en las ventas. A su vez, esto contribuye al ya mencionado “boca-oído”.

Por sectores
No son pocas las marcas que optan por complementar su desarrollo en estas pequeñas poblaciones. Tras su consolidación en grandes mercados, las pequeñas poblaciones surgen como añadido en el que buscar nuevos emprendedores dispuestos a triunfar de manos de la franquicia. Las posibilidades no son pocas.  125 marcas analizadas por esta revista permiten abrir franquicias en poblaciones a partir de 10.000 habitantes o menos (otras tantas suben un poco la cifra, pero tan sólo a 15.000 habitantes). Nuevas oportunidades de desarrollo para los franquiciadores y también para posibles futuros franquiciados.

Servicios
El sector de los servicios es el que mayor variedad de conceptos permite abrir en poblaciones pequeñas. De las 125 marcas analizadas,  la gran mayoría  son de este sector, un sector que se caracteriza por requerir, por norma general, inversiones reducidas y locales de tamaño reducido.
Agencias de viajes, inmobiliarias, financieras, belleza y estética, peluquerías, consultoras, tintorerías, empresas de mensajería, de formación... Son ejemplos de necesidades básicas de la gente, independientemente de dónde viva: grandes o pequeñas ciudades.
Uno de los subsectores que más ha apostado por crecer en pequeñas poblaciones es el de las agencias de intermediación inmobiliaria. El precio de la vivienda ha fomentado el desarrollo de pequeñas poblaciones y cada vez más gente tiene que salir hacia pueblos y municipios a las afueras para poder comprar una vivienda. Este hecho ha potenciado el crecimiento del sector en estas poblaciones. Concasa se instala en lugares de a partir de 5.000 habitantes; Re/Max lo hace en lugares con 10.000 habitantes y Alfa Inmobiliaria, por ejemplo, no impone ninguna cifra como requisito. Todo dependerá del estudio de viabilidad de la zona y de si es o no adecuada para instalarse en ella.
Ejemplos como estos muestran las necesidades por cubrir de estas localidades más pequeñas. Necesidades a las que deben estar atentas las marcas, para poder explotar estos mercados aún pendientes de exploración y que representan una importante oportunidad.

Retail
Muchas cadenas del retail echan la vista a las pequeñas poblaciones. En total hemos analizado 38 ejemplos de comercios que complementan su expansión en grandes ciudades con la llegada a estas zonas. Suele tratarse de productos de primera necesidad, como alimentación, parafarmacia y dietética, tiendas de decoración, informática, panaderías, papelerías o calzados. Los supermercados Intermarché se ubican en lugares de a partir de 10.00 habitantes; Max Pc, tiendas de informática, requiere poblaciones de al menos 5.000 habitantes; las panaderías La Vitoriana sólo 2.000; las parafarmacias Farmarosa 10.000; y Textura Baby, dedicada a decoración infantil, requiere un mínimo de 6.000 habitantes. Son sólo algunos ejemplos de cadenas que crecen en grandes ciudades y que paralelamente optan por el desarrollo en pequeñas poblaciones, aprovechando así las ventajas de ambas ubicaciones.

Restauración
El de restauración es el sector que menos representación tiene en estas ubicaciones. Se trata de un sector que requiere elevadas inversiones, principalmente por el tipo de local que necesita: grandes espacios, con maquinaria, cocina, buenas ubicaciones...
La demanda en este sector es, tal vez, la menos movida por la necesidad. Se trata de opciones de ocio que aunque también tienen salida en pequeñas localidades, son menos comunes que otros servicios o venta de productos de primera necesidad.
Aún así, podemos encontrar algunos subsectores y marcas que ofrecen a los emprendedores la posibilidad de abrir una franquicia en lugares con poca población.   Encontramos ejemplos en el grupo de las cafeterías y de las cervecerías y tapas. Algo tan tradicional y habitual como tomarse una café o unas bravas con una caña es también posible en poblaciones pequeñas de manos de enseñas como Kroxan, Saboreaté y Café, TapasBar o Bodega La Andaluza.

Cuestión de tiempo
Hay ciertos sectores y actividades que todavía no ofrecen la posibilidad de llegar a estas poblaciones.
La moda o los restaurantes son una muestras de actividades que aún siguen apostando por las virtudes de la gran ciudad. Estos conceptos buscan ubicaciones con gran tránsito peatonal y la ubicación de sus locales es determinante a la hora de montar el negocio.
Los negocios movidos por una compra más impulsiva pueden ser otros ejemplos que se resisten a crecer en poblaciones pequeñas.
Pero no está claro que en el futuro esto no cambie. Las cadenas de franquicias son cada vez más conscientes de las posibilidades que ofrecen estas ubicaciones. Sólo hace falta estudiar el lugar y el perfil de sus habitantes para adaptar el negocio y sacar provecho de esa demanda en busca de una oferta de calidad.

Un rentable complemento
Opciones no faltan. Lo que hay que tener claro es que un menor mercado no supone una menor rentabilidad ni un menor margen. Evitar la competencia feroz de las grandes ciudades y su saturación, responder a una demanda no satisfecha y ahorrar en costes de local, son algunos de los aspectos más positivos de las pequeñas poblaciones. Muchas franquicias lo saben y ya no sólo crecen en las grandes ciudades, sino que también buscan emprendedores en poblaciones de a partir de 10.000 habitantes. En cualquier caso, las oportunidades de montar un negocio próspero de manos de una franquicia no se termina en las grandes ciudades.