Todas las compañías se enfrentan al dilema de si abrir mucho o abrir bien.
El dilema viene de que si se es más selectivo con los nuevos proyectos se abren menos unidades ya que se discriminan candidatos y ubicaciones.
En la fase antes de la firma de una franquicia no se conoce con certeza el grado de éxito que tendrá un proyecto. Nadie tiene la varita mágica para saber con fiabilidad si funcionará o no.
No hay blanco ni negro. Pero hay grises. Si se ve blanco, es que no se ha mirado bien. Si se ve negro, puede ser.