El Parlamento Andaluz comenzó con algunos embutidos, algunos quesos, unas aceitunas "majadas" como en Atajate, el pan del horno de leña del vecino y un botellero que le llenó su amigo Paco Rambla.
La "cosa" se puso en marcha y a la semana ya avanzaba a ritmo de galope, tanto que Don Pepe tuvo que pedirle a sus hijos mayores que fueran a ayudarle porque aquello ya se desbordaba todos los días...
A las pocas semanas de la inauguración llegó la Semana Santa. Y la gente acudió en masa a degustar esos bocadillos tan famosos de los que todo el mundo hablaba, pero la ocasión demandaba algo diferente, que no llevara carne, para los que cumplían la Vigilia, y se pensó en un bocata con caballa del sur, queso fresco y pimiento. Esta nueva combinación, recibió el nombre de "Tránsfuga" por entender que era la antítesis del famoso "Parlamentario".
Ya han pasado casi 20 años desde aquella primavera en el que los primeros parlamentarios y tránsfugas vieron la luz en aquella mítica callejuela a orillas del Teatro Romea. Hoy el Parlamento ya es un auténtico referente de la buena vida y la cultura andaluza en la capital murciana, con dos locales en pleno corazón de ciudad.
Arrímense a su Parlamento más cercano y déjense llevar por el sentimiento, ¡ha llegado el momento de ponerse flamencos!