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Las claves de un buen local

Franquicias & Negocios

Analizamos los parámetros que hacen un punto de venta competitivo.

¿Cuáles son los principales factores a tener en cuenta para que podamos identificar un punto de venta competitivo y funcional?

En este artículo os indicamos algunos puntos clave para no pasar por alto si queremos construir un punto de venta o si queremos valorar los locales de franquicias existentes.

Un local comercial tiene que ser bien percibido por parte del público pero también debe transformarse en una zona de trabajo funcional y efectiva para el desarrollo de la actividad comercial.
A continuación, os indicamos los principales factores a tener en cuenta:


Reconocible:
Un punto de venta tiene que reflejar su personalidad. La personalidad de un negocio, plasmada en su arquitectura interior, es el elemento relevante para que aquel local destaque respecto a los demás, a través de su peculiaridad, de su ingenio, y de su grado de competitividad con actividades similares.
La identidad de la actividad marca las normativas que definen su aspecto exterior: cada detalle de la decoración y de la comunicación visual nace de la identidad corporativa de la marca y nada es dejado al azar.
Si percibimos unidad y coherencia en la decoración y en la comunicación visual, seguramente nos encontremos frente un local pensado por un equipo de profesionales del sector.

Funcional: 
Todos los locales comerciales se componen de varios ambientes; desde un mínimo de dos o tres espacios (local genérico de venta al por menor de poco metraje)  hasta establecimientos con alto grado de complejidad y de múltiples ambientes (hipermercados,  grandes restaurantes, estaciones de servicio, etc.).
Los ambientes más frecuentes suelen establecerse como: una zona de venta, exposición y escaparate; una zona de recepción, atención al público o mostrador de caja; zonas de descanso o probadores en el caso de venta de género; baños, office o probadores de personal, almacén, zonas de carga y descarga, zona de instalaciones y mantenimiento de las mismas, cocinas; barras con trasbarras en el caso de locales de restauración.
Normalmente, la buena integración entre si de estas superficies es relevante para el buen funcionamiento del local.
Suele ocurrir que, durante el trabajo de repartición de los metros disponibles a cada función, sacrificamos espacios accesorios (almacenes, cocinas, zonas para maquinarias, etc.) a favor de los espacios de venta, en nombre de la rentabilidad.
Los profesionales con más experiencia saben que cada función es imprescindible y que el local más rentable es aquel donde todos los aspectos básicos se pueden ejercer ágilmente y a lo largo del tiempo.

Homogéneo:
Todas las zonas de venta tienen que tener la misma atención por parte del proyectista y del propietario del local. La presencia de áreas desatendidas, frecuentemente arrinconadas respecto a la jerarquía de espacios disponibles, es un indicador de que la estrategia de la actividad tiene algún punto débil.


Capacidad de venta:
Si como clientes de un local percibimos que el producto expuesto a la venta se valora al máximo, siempre apoyado por la marca a la que pertenece, si vemos que es fácilmente accesible, si podemos entender bien su precio, si tenemos la sensación de comprar algo con valor añadido, si toda la gama expuesta está a la vista sin obstáculos… Si todas estas características se cumplen, hemos entrado en un local donde existe una estrategia de venta y exposición.
Si nos encontramos en un local del que somos un cliente ideal, entendemos que este establecimiento funciona si nos esforzamos en evitar la intención de compra.

 

Calidad del ambiente:
Se puede entender la importancia de una buena calidad del ambiente con algunos ejemplos extremos. Aunque, al entrar en el local, estemos firmemente convencidos en nuestra intención de compra si, al hacerlo, el establecimiento presenta algunos fallos como una instalación de aire acondicionado que no funciona en pleno verano y, en el local de pocos metros, muchos clientes con dificultad para moverse, además de, una música excesivamente alta, nos damos cuenta de que nuestra intención de compra pasa de ser firme a improbable.
Evidentemente, el caso es extremo, pero la permanencia en el local un minuto más puede traducirse en compra, especialmente si el entorno es agradable y nos sentimos a gusto.
Colores, temperatura, humedad relativa, música, luz, elementos atractivos para la atención (por ejemplo pantallas con videos o información de producto), puntos de descanso, son los principales elementos de mejora del ambiente.

Conclusión:
La facilidad de venta de un producto depende mucho del entorno en el que se encuentra: el papel del punto de venta es relevante para que un mismo producto pueda tener más o menos éxito en el mercado.