Con esta iniciativa, la enseña ha querido reforzar su apuesta por la calidad, la naturalidad, la familia y la salud, características que han predominado desde siempre en su sitema de trabajo.
La cadena de restaurantes de cocina mediterránea El Racó ha decidido que todos sus locales –nueve abiertos en la actualidad-. sean establecimientos sin humo, a partir del uno de septiembre. El grupo, que vive un proceso de expansión de su concepto de restauración mediterránea, ha tomado esta determinación para continuar con la línea de trabajo que les ha caracterizado desde sus inicios. Desde la enseña se han analizado todos los aspectos claves de la cadena antes de decantarse por esta medida: “ Tras calibrar todos los valores vinculados a nuestra oferta, tales como la naturalidad, la modernidad, la salud, la calidad, la familia, etc, tenemos que ser coherentes con nuestra propuesta y no se fumará en ningún establecimiento de la cadena de restaurantes El Racó”, aseguran desde gerencia.
Con una extensa trayectoria a sus espaldas, secundada por su carácter innovador, El Racó sigue basando su éxito en la diversificación de su cocina; la cadena ofrece una extensa carta compuesta por un gran surtido de platos variados y originales, que han ido fortaleciéndose con el paso de los años, consolidando su oferta. Esta característica ha permitido, durante más de tres décadas, luchar contra la estacionalidad del sector, fidelizando a su clientela, que encuentra en sus locales la forma más sencilla de comer variado y con calidad a un precio muy competitivo. El ticket medio de los restaurantes de El Racó está en los 14 euros por persona sobre carta.
En los establecimientos de El Racó se puede consumir una extensa oferta de platos de pastas, ensaladas, carnes, pizzas y crepes. El Racó dispone de una cocina central donde preelabora los distintos platos de la carta facilitando el trabajo en los establecimientos; además, también dispone de un departamento de I+D que se encarga de dotar de imaginación los distintos platos que se consumen, tanto en la elaboración de los productos como en su denominación.
La cadena de restaurantes El Racó, abrió su primer establecimiento en el año 1975 instaurando una nueva forma de entender la restauración, cargada de productos novedosos y de una cocina imaginativa con la máxima calidad. Desde el primer momento, se decidió a prescindir de la figura del cocinero, apostando por la creación de un moderno obrador central. Las ventajas de esta decisión se dejan ver en el control exhaustivo de los costes, reduciendo mermas y errores.
Para montar un establecimiento de El Racó se precisa un local con unas dimensiones aproximadas de 200 m², en poblaciones que alcancen los 70.000 habitantes. La inversión roda los 453.900 euros.