A pesar de la disminución de la asistencia de público, las ventas no se han resentido.
Navidad, época de mercadillos, de compras, de búsquedas incansables a la caza del regalo perfecto. En Madrid, la cita ineludible de la estación blanca la marca la Feria Mercado de Artesanía de la Comunidad, que acaba de cumplir dos décadas como reclamo de cientos de visitantes que se agolpan a lo largo y ancho de sus casi doscientos puestos que reúnen un inagotable catálogo de objetos y detalles hechos a mano de manera artesanal. Y dSb. De Sierpe y Becerril, ha acudido nuevamente, como cada año, para hacer realidad las ilusiones de un buen número de satisfechos compradores.
Sin embargo, este año, comenta David Becerril, “la afluencia de público ha sido un tanto menor. No es sólo por la crisis económica, que en mayor o menor medida afecta a todos los bolsillos, sino también por el cambio de ubicación”. Y es que hace dos años no fue pequeña la polémica por el traslado de los artesanos, que fueron desplazados del Paseo de Recoletos a la Plaza de España de la capital. Aún así, los resultados han sido positivos para dSb, como todos los años, y las ventas no se han resentido. “Las piezas de precio medio han sido las más solicitadas, en un goteo persistente y continuo de compradores del que estamos muy satisfechos. Ha venido gente nueva, viejos conocidos y, lo más importante, clientes recomendados por alguien que había comprado piezas nuestras anteriormente”, señala David. Consolidado como uno de los reclamos indiscutibles de la Feria, los joyeros de dSb. De Sierpe y Becerril esperan ya con ilusión la próxima convocatoria.