En 1999, Lidia Postigo comenzó a elaborar unas deliciosas tabletas de chocolate para ofrecerlas a los turistas que visitaban La Alpujarra en la cara sur de Sierra Nevada, Granada.
Mas tarde, en 2007, su hijo Mauricio logra formar un equipo de trabajo que, además de continuar con las tradicionales recetas de su madre, aportan el desarrollo que necesitaba el negocio para poder crecer. Este equipo es el que actualmente continúa en fábrica.