Ser directivo hoy en día se está convirtiendo en una profesión de alto riesgo. Las múltiples responsabilidades adquiridas en el desarrollo de nuestra actividad, sumadas a las nuevas exigencias sociales y normativas, crean un entramado complejo de normas y legislaciones. Estas se añaden a las responsabilidades propias de la gestión de nuestro negocio, las más importantes para todos nosotros, complicando aún más su cumplimiento.