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El mercado financiero se consolida

Franquicias & Negocios

Una inversión reducida y una rentabilidad elevada convierten a las enseñas financieras en una oportunidad de negocio.

Un sector poco explotado y un elevado aumento en la demanda de servicios financieros pusieron las bases. Las redes en franquicia supieron aprovechar la situación que atravesaba el mercado. En tres años, las enseñas de intermediación financiera se han hecho con el mercado. 

Hacer de intermediarios entre las entidades financieras y el cliente final, buscando la solución que mejor se adapte a las necesidades de éste. Con este negocio y en sólo algo más de tres años, las enseñas de intermediación financiera se han posicionado en el mercado. Desde 2004, se ha quintuplicado el número de empresas que opera en este sector. A finales de la década de los noventa, existían dos o tres redes en el mercado y fue a partir de 2003 cuando empezaron a experimentar un crecimiento vertiginoso que se ha mantenido hasta la actualidad. Hoy por hoy, son cerca de 60 las cadenas que se reparten este nicho de mercado.  

- Productos adaptados al cliente
Los servicios que prestan estas enseñas, normalmente tanto a particulares como a empresas, van desde la búsqueda de financiación en las mejores condiciones, hasta seguros, productos de ahorro, reunificación de préstamos en un único recibo, etcétera. La gran mayoría, además, cuenta con servicios específicos para clientes que no encuentran financiación en los canales tradicionales: personas con problemas de endeudamiento, inmigrantes, jóvenes que tienen dificultades para acceder a su primera vivienda, etcétera.
La gran diferencia que estas enseñas presentan con la banca es que son asesores y su principal labor es aconsejar al cliente de forma independiente, sea cuál sea su situación financiera, y conseguir que acceda a los productos bancarios que más le convienen, en las mejores condiciones. Y, respecto al interés de los bancos por trabajar con estas enseñas, algunas mantienen acuerdos con más de 100 entidades bancarias.

- Cada vez más préstamos
El aumento de la demanda hipotecaria y la escalada de precios son algunos de los factores que han favorecido el crecimiento de las enseñas de intermediación financiera. Los profesionales del sector atribuyen el desarrollo experimentado por estas empresas, principalmente a tres factores: por un lado, se trata de un nicho de mercado poco explotado; por otro lado, la demanda de este tipo de servicios empezó a experimentar un gran crecimiento hacia 2004; por último, el sistema de trabajo que emplean las redes en franquicia, con procesos estandarizados que permiten operar con rapidez, permitió a las enseñas aprovechar las condiciones que les ofrecía el mercado.

El endeudamiento de las familias cada vez es mayor y cada vez son más las que necesitan soluciones más flexibles a las que ofrece la banca tradicional. El poder de compra medio de las familias españolas no ha mejorado en los últimos años y, en cambio, si que se experimenta un mayor consumo año tras año. De este modo, recurrir al préstamo es una práctica cada vez más frecuente. Además, aparte de los créditos que se piden para acceder a una vivienda, cada vez son más las personas que piden préstamos personales para diversos usos: hacer obras, amueblar la casa, etcétera. La cantidad total que la entidades financieras concedieron a los hogares durante el pasado año asciende, según cifras del Banco de España, a 741.136 euros. De esta cantidad, 92.082 euros fueron destinados a créditos al consumo. De este modo, el comportamiento del consumidor español, se empieza a asimilar al de ciudadanos de otros países, como Reino Unido o Estados Unidos, en los que existe una gran tradición de las familias a endeudarse para consumir.

- Regulación del sector
El peso que el sector está adoptando en la economía española, ha llevado al Gobierno a aumentar el control que hasta ahora tenía sobre las empresas de intermediación financiera. El pasado mes de mayo, el Ejecutivo hizo público un anteproyecto de Ley, aprobado por el Consejo de Ministros, que regula los servicios que prestan las empresas de intermediación financiera. Este tipo de sociedades podrán ser multadas con cifras de entre 15.000 y 600.000 euros si incumplen los nuevos requisitos que establecerá la Ley, como inscribirse en un registro público o contratar un seguro de responsabilidad civil. Según la nueva normativa las financieras dispondrán de un plazo de seis meses para inscribirse en los registros que cree el Estado y, además, deberán comunicar sus tarifas, comisiones y tipos de interés. Aunque tendrán libertad de precios, éstos deberán responder a servicios prestados o gastos ocasionados. Entre las nuevas exigencias, figura la de entregar al cliente, con 15 días de antelación, el contrato que se les ofrece, precisando los costes, el tipo de interés y las características del crédito.


- Una mejora para los profesionales
Para la mayoría de enseñas que opera en el sector, esta regulación les beneficiará ya que sobrevivirán sólo las empresas que cumplan la normativa. “La consiguiente regulación –expone José Carlos Núñez, responsable de Franquicias de Duck Fin– provocará cambios desde dos perspectivas: la de las entidades de crédito y la de los clientes finales”. Ya no valdrá todo en el mercado y, como sostiene Núñez, el cliente se volverá mucho más exigente y las entidades no estarán dispuestas a trabajar con enseñas que no sean profesionales, que no estén avaladas por una mínima calidad y una máxima legalidad en la prestación de sus servicios.
La nueva legislación se revela, de este modo, como un avance en el sector ya que para muchos profesionales en los últimos años han “aparecido enseñas oportunistas que han franquiciado marca antes de conocer el negocio, poniendo en peligro la inversión de sus franquiciados”.

- Negocio sencillo de gestionar
La baja inversión que requiere este tipo de negocios y la facilidad para transmitir el saber hacer de la actividad, ha favorecido el desarrollo de redes en franquicia en el mercado de la intermediación financiera. No se necesian grandes locales; basta con una oficina ubicada en zonas de tránsito peatonal. Con un local de, como media, 47 m² es suficiente. Los requerimientos en cuanto a equipamiento y personal también son escasos, con lo que se convierte en una actividad de autoempleo para distintos perfiles de emprendedores. El franquiciado, además, no necesita contar con experiencia ni conocimientos sobre el sector. Debe contar con vocación comercial y, sólo en algunos casos, aunque no es imprescindible que posea una titulación específica, sí que es aconsejable que cuente con alguna experiencia en el sector bancario, de seguros, etcétera. Las enseñas se encargan de facilitar la labor a sus franquiciados desarrollando, en su central, los servicios y productos que se ofrecen al cliente. También es, en la mayoria de casos, tarea de la central, llegar a acuerdos con las distintas entidades bancarias, planificar las campañas de publicidad, formar a sus franquiciados, etcétera.

Con un aprendizaje que se alcanza en poco tiempo, las enseñas de intermediación financiera, se presentan como negocios al alcance de cualquier emprendedor con vocación, interesado en unirse a una actividad rentable. Su función principal será la de asesorar al cliente.
¿El futuro de la intermediación? con la regularización del sector se estabilizará el mercado y sobrevivirán las enseñas que sepan adaptarse a los cambios en la demanda.