LIZARRAN nace en 1988 como una taberna de inspiración vasca y con tintes tradicionales. En 1998, se abrió la primera franquicia de la marca, creciendo hasta el número actual de establecimientos -que ya superan los 250-. Con el paso de los años, LIZARRAN ha modificado su carta y su decoración para convertirse en un bar de pinchos y cañas al que acudir de manera constante durante diferentes franjas del día: desayunos, aperitivos, comidas, meriendas y cenas son momentos habituales LIZARRAN.
La marca ha conseguido una sólida imagen reconocible por un público heterogéneo que gusta de sus pinchos y, sobre todo, de su ambiente desenfadado. La campana y los calentitos son, sin duda, sus señas de identidad, constantes a lo largo de su historia.