La búsqueda de un local adecuado para iniciar una actividad comercial es una odisea y lo que más preocupa a los franquiciados. El principal motivo es que escasean las oportunidades y las buenas ubicaciones. Razón de más para que cuando tengamos delante un buen establecimiento sepamos distinguirlo a la primera. Los siguientes criterios te puden ayudar para acertar a la hora de valorar un local:
1. Flujo de peatones.
Esta es una de las mejores medidas para evaluar y valorar el emplazamiento de un local. Casi la primera. No cabe duda de que si nos encontramos entre dos locales con ubicaciones similares nos decantaremos por el que tenga un mayor tráfico de personas. De hecho, son los clientes potenciales los que garantizan nuestra supervivencia. Para saber si el público se ajusta a nuestro target, habría que hacer un cálculo del tráfico peatonal, haciendo una separación por edad, sexo, división por franjas horarias y análisis de los locales que han visitado o van a visitar.
2. Tráfico rodado.
¿Qué tipo de vehículos y cuántos pasarán por nuestro establecimiento? Dato relevante donde los haya, especialmente para aquellos negocios que tratan de atraer a clientes con vehículos, como los hipermercados, tiendas de muebles, etc… A la hora de analizar este aspecto se pueden establecer parámetros concretos como el tener en cuenta sólo los turismos.
3. Facilidad de aparcamiento.
Ya no afecta sólo a los comercios de gran envergadura o que comercializan artículos voluminosos, sino a cualquier actividad. Estar posicionados en zonas donde el aparcamiento está garantizado o es fácil de localizar (no necesariamente centros comerciales) es un factor muy positivo. No se puede generalizar acerca de las necesidades de aparacamiento de cada establecimiento, probablemente, es más ventajoso para grandes locales, pero tampoco hay que desdeñar la opción de cara al futuro y la expectativas de crecimiento.
4. Bien comunicado.
Buena opción, que habría que mirar deternidamente. ¿Nos encontramos en una zona de fácil acceso o, por el contario, nadie reparará en nuestro establecimiento por casualidad? La disponibilidad del transporte público, el acceso desde vías importantes y la facilidad en el reaprovisionamiento del local y en el reparto a domicilio deben ser examinados a la hora de elegir la ubicación idónea de una tienda. De hecho, la mayoría de las zonas comerciales tratan de situarse dentro de la red de transporte público: autobúses, taxis, metro, tren, etc… es idóneo para tratar de captar un mayor número de consumidores.
5. Tejido comercial.
Aquí habría que analizar dos aspectos: por un lado, la competencia. ¿quién tenemos alrededor de nuestro local? Y por otro, las tiendas que complementan nuestro artículos. Es importante ubicarse en zonas activas comercialmente. Hay que fijarse en el tipo y las características de las tiendas que se sitúan alrededor de nuestro futuro establecimiento ¿cuántas? ¿ de qué tamaño? Deben ser respuestas consecuentes con nuestro negocio, ya que existe cierta afinidad comercial cuando varios establecimientos atraídos por la misma zona se complementan.
6. Situación del local.
Cuando se llega a este punto hay que analizar varios factores. Todos influenciables y determinantes, aunque en su justa medida. La distancia con respecto a la zona más comercial es fundamental; si el local está alejado de los lugares habituales, los compradores pueden sentirse incómodos por tener que desplazarse hasta conseguir llegar a nuestro establecimiento. También es varolable la posición: mejor una esquina, ya que coincide en la intersección de dos calles, además de ofrecer una mayor superficie de fachada y escaparate. Claro que, también resultan más caros, todo depende del producto que comercialicemos y nuestras necesidades y recursos.
7. Visibilidad del establecimiento.
Básico si queremos tener un establecimiento donde el flujo de clientes sea constante. Una buena visibilidad implica que nuestro local puede ser visto por peatones y desde los vehículos. Es decir, publicidad a la vista. Cuánto mayor es esa visibilidad más expectativas hay de que los clientes se den cuentan de que el negocio está abierto y de conocer qué es lo que vende. En este aspecto, el factor memoria actúa muy bien. Los potenciales consumidores recuerdan mejor nuestro establecimiento.
8. Régimen del local.
¿Alquilado o comprado? Esto es un aspecto de gran importancia y, en ocasiones, decisivo para elegir un local u otro. Lo habitual, dados los precios del mercado, es que el local sea de alquiler. En este caso, hay que tener en cuenta la duración del contrato, mensualidades, actualización de las rentas, obligaciones y derechos de las partes, se trata de comprobar si es rentable o no.
9. Amplitud y características.
No es sólo su apariencia externa, también hay que tener en cuenta, la interna: los metros cuadrados, el espacio, la distribución de las zonas, el lugar para colocar los estantes… es decir, que hay que fijarse bien en si el producto estará bien expuesto y las características del establecimiento se adecuan a nuestras necesidades. Por ejemplo, si necesitamos almacén para la mercancía, el número de mostradores, según el número de empleados que se tenga, etc.
10. Reformas necesarias.
Talón de Aquiles para cualquier emprendedor. Antes de decirse definitivamente hay que valorar si hay que hacer reformas, cuáles son necesarias y el coste. Son aspectos claves que pueden incrementar la inversión inicial considerablemente. Habría que hacer una estimación del coste de la instalación y acondicionamiento del local tanto del exterior como interior. Todo esto incluye desde el revestimiento de la fachada hasta el acristalamiento por no hablar de la iluminación, salidas de humos en el caso de los establecimientos de restauración, adecuación suelos y un largo etc. Por lo que hay que hacer un análisis concienzudo.
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