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10 aspectos a tener en cuenta en el contrato de franquicia


A la hora de firmar un contrato de franquicia hay que tener en cuenta algunos aspectos fundamentales, que no se nos pueden pasar por alto si queremos asegurarnos de que estamos firmando un acuerdo de franquiciada adecuado. Estos son los 10 aspectos que conviene analizar:

1.- Cláusula de contingencias del precontrato.

Antes de firmar un acuerdo de franquicia se nos suele exigir la firma de una opción de compra que nos da un plazo para encontrar el local adecuado y pasar el proceso de formación. En este precontrato es común exigir que paguemos una parte del canon de entrada. Es necesario que contenga una cláusula de contingencias que nos asegure la devolución de dicha parte en caso de que las causas de que no firmemos finalmente el contrato de franquicia se deban a la culpa del franquiciador o a causas no controlables por nosotros como puede ser no encontrar el local, causas de fuerza mayor, etc.

2.- La Marca.

Indudablemente, es uno de los activos más importantes que adquirimos a través de la firma de un contrato de franquicia por lo que tenemos que asegurarnos que en el contrato se menciona la titularidad de la marca por parte del franquiciador, los datos de su registro y las condiciones en las que se nos cede su uso.

3.- Sistema de compras.

Es importante comprobar que las condiciones de compra del producto son las adecuadas para nuestros intereses. Hay que fijarse bien si tenemos la obligación de comprar exclusivamente al franquiciador o a determinados proveedores referenciados y si dicha obligación está justificada por tratarse de productos de marca propia o por permitir a la cadena conseguir mejores precios a través de la compra agregada: también si la compra es en firme o en depósito, si tenemos que garantizar el pago de la misma mediante un aval u otro instrumento legal y si dicha garantía es proporcional a los pagos. Y no está de más analizar que las condiciones de pago al franquiciador o a los proveedores referenciados son suficientemente ventajosas para que podamos ofrecer, a su vez, a nuestros clientes unas condiciones de pago competitivas.

4.- Causas de resolución del contrato.

No detenerse en este aspecto puede acarrear problemas con el tiempo, sobre todo si el contrato se rompe. Es muy importante saber cuáles son los supuestos de incumplimiento de contrato, antes de firmarlo, para saber que estamos incumpliendo. Debemos intentar que el contrato contenga una cláusula que obligue al franquiciador a darnos un plazo para subsanar el incumplimiento antes de resolver el contrato. Es muy importante también analizar la existencia de cláusulas penales que son aquellas cláusulas que nos obligan a indemnizar al franquiciador en caso de incumplimiento o resolución del contrato sin que éste tenga que demostrar daños y perjuicios causados. En algunas ocasiones estas cláusulas penales vienen en forma de "aceleración de royalties" (sobre todo en el caso de royalties fijos), lo que supone que en caso de que se resuelva el contrato por nuestra culpa, el franquiciador tendrá derecho a cobrarnos los royalties equivalentes al periodo que queda de vigencia del contrato. Aunque el franquiciador tiene derecho a incluir en el contrato cláusulas penales, debemos asegurarnos de que los supuestos de aplicación de las mismas se refieren a casos de incumplimiento grave por nuestra parte y de que la cuantía de las mismas es proporcional a los daños y perjuicios sufridos por el franquiciador.

5.- Zona de exclusividad.

Este es un aspecto a tener en consideración. Habitualmente, la firma de un contrato de franquicia supone el derecho a utilizar una marca y a aplicar un sistema de trabajo con exclusividad en un territorio determinado. Ello quiere decir que ni el franquiciador ni otros franquiciados podrán competir contra nosotros en el territorio que se nos ha adjudicado con exclusividad. Es importante que el contrato delimite el territorio con precisión. En algunas ocasiones el franquiciador se reserva una determinada cartera de clientes de la zona (normalmente clientes con los que ya mantenía relaciones comerciales antes de conceder la franquicia para dicha zona) o incluso determinado tipo de ventas (por ejemplo ventas mayoristas). Aunque el franquiciador está en su derecho a imponer este tipo de restricciones, es importante que analicemos el alcance de las mismas y asegurarnos de que nuestro territorio es suficientemente adecuado para obtener una rentabilidad adecuada a nuestro negocio.

6.- Cláusulas de desempeño mínimo.

Algunos contratos de franquicia quedan supeditados a que consigamos un nivel determinado de ventas al año. Debemos intentar evitar este tipo de cláusulas. Pero si el franquiciador insiste en incluirla, al menos debemos asegurarnos de que el nivel exigido es realista y que existen supuestos que nos eximen de responsabilidad. Por ejemplo, cuando el nivel de ventas no es alcanzado por causas imputables al franquiciador a causas no controlables por nosotros como son los supuestos de fuerza mayor.

7.- Obligaciones de las partes.

Es importante conocer cuáles son nuestras obligaciones antes de firmar el contrato y asegurarnos que el contrato también incluye las obligaciones del franquiciador. La clave está en asegurarnos de que hay un equilibrio de obligaciones. No es lógico que el franquiciado tenga muchas obligaciones y que el franquiciador no tenga ninguna. Por otra parte es conveniente que haya una cláusula que supedite nuestro cumplimiento al cumplimiento del franquiciador. Es decir, que nos permita dejar de cumplir en caso de que el franquiciador no cumpla su parte. Hay que insistir en el hecho de que el contrato determine con exactitud el nivel de formación y asistencia continuada al que se compromete el franquiciador.

8.- Cambio del contenido de la franquicia.

Es lógico que para mantener la competitividad del modelo de negocio, el franquiciador se reserve el derecho a mejorar el sistema de trabajo, la imagen corporativa o a introducir nuevos productos lo cual sólo tendrá aplicación práctica si se nos obliga por contrato a asumir dichos cambios. Sin embargo es básico que nos aseguremos que existe en el contrato un sistema de incorporación de cambios que evite la posibilidad de abusos por parte del franquiciador. Para ello hay que asegurarse de que se incluyen plazos razonables para que debamos incorporar nuevos productos, marcas, cambios a la imagen corporativa y de que existe un sistema de renovación de los manuales operativos que suponga la obligación de que el franquiciador nos notifique dichos cambios formalmente para evitar incumplimientos por nuestra parte por falta de conocimiento de los cambios en el sistema.

9.- Terminación del contrato.

Lo normal es que los contratos de franquicia se firmen por un plazo determinado (normalmente entre cinco y diez años). Es importante asegurarse de que el plazo del contrato es suficientemente largo como para conseguir un retorno adecuado a nuestra inversión (según las cifras aportadas por el franquiciador). También que exista un mecanismo de renovación tácita o automática del contrato y que el supuesto de renovación no estamos obligados a pagar un nuevo canon de entrada.

10.- Obligaciones financieras.

La incorporación a una red de franquicias implica unas determinadas cargas financieras (royalties, precios por servicios, etc.) Es importante que tengamos claro cuáles son estas cargas financieras y que nos aseguremos que el contrato describe claramente cómo se calculan dichas cargas (si son royalties fijos, si se calculan sobre ventas brutas o ventas netas, si el IVA está o no está incluido) y de qué forma se pagan (si son mensuales, trimestrales, etc. Qué día se deben abonar, cómo, etc.).