La Garriga tiene su origen en los años 50 del pasado siglo, más de cincuenta años atrás, cuando las familias Pedró i Subirats dieron inicio a este nuevo negocio en el sector de la charcutería y la degustación.
Fue en 1959 cuando abrieron las puertas de la primera tienda de La Garriga, en Tenerife, en la que ofrecían productos totalmente desconocidos en la isla por aquel entonces: embutidos ibéricos, butifarras, longaniza de Vic y quesos artesanos. Además, lo hacían con un formato de local muy innovador en la época, charcutería-degustación en uno, donde el cliente podía consumir aquellos productos y hacer una compra para degustar en casa.
A partir de entonces, el negocio fue creciendo y sumaron nuevas tiendas: Las Palmas de Gran Canaria, Sitges (Barcelona), Madrid, Zaragoza…
De este modo, la empresa creada por el matrimonio de Josep Pedró y Maria Subirats ha sabido consolidar y crecer durante muchos años con este modelo propio de charcuterías y degustación que hoy, con un concepto adaptado al momento y muy innovador, cuenta con tiendas en Madrid y Barcelona.
La tercera generación de la familia está hoy al frente de La Garriga y de su expansión a través de franquicias, marcándose el reto de seguir apostando por la calidad, la innovación y la búsqueda de los productos más exclusivos que caracterizan a la empresa desde sus inicios.