¿Cómo conocisteis Mundopán? ¿Por qué os decidisteis?
Tanto Sergio como yo somos de Rivas, ciudad donde “nació” Mundopán, y de verlos crecer año tras año nos empezamos a plantear la idea de formar parte de una empresa que vende un producto tan conocido como es el pan, con un servicio tan eficaz como el que ofrece.
Teníais un puesto fijo y os decidisteis por el autoempleo: ¿identificáis esta alternativa como un riesgo o como una oportunidad?
Ambas cosas. Toda acción tiene un riesgo: dejar hoy en día un empleo fijo y con tan buenas condiciones laborales puede ser visto como temerario, incluso insensato. Nuestra decisión por el autoempleo se forjó poco a poco, tras valorar todas las oportunidades que nos ofrecía Mundopán
La labor al frente de la franquicia de Mundopán combina diferentes tareas y, por tanto, facetas profesionales que desarrollar. ¿Con cuáles de ellas os sentís más cómodos?
Todas nos hacen sentir bien. Trabajamos de lunes a domingo, semana tras semana, pero cuando acaba el día, nos sentimos bien y a gusto con lo que hacemos, con nuestra “nueva vida”. La verdad sea dicha, algunas tareas son más cansadas que otras, pero al ser dos nos repartimos y organizamos bastante bien.
¿Qué dificultades habéis registrado en el tiempo de actividad al frente de la franquicia? ¿Qué aspectos del negocio son más fáciles de gestionar?
Dificultades como tales no nos hemos encontrado. Probablemente, lo más sencillo de gestionar en la franquicia sea la relación y organización con los clientes y con los proveedores, dado a que aparte del factor humano, que es vital, existe un importante apoyo operativo e informático detrás que facilita bastante cualquier tarea.