P.- Te convertiste en franquiciada de Nails Factory con tan solo 24 años. ¿Qué te llevó a hacerlo?
R.- Pues, sencillamente cuando acabé mis estudios de Administración y Dirección de Empresas y salí al mercado, los trabajos que me ofrecían eran vergonzosos. Una amiga, que se hace las uñas en Nails Factory, me comentó que el establecimiento al que ella acude estaba siempre repleto; venía a sugerirme que debía de ser un gran negocio, y que por qué no lo analizaba a fondo. Eso me animó a informarme y aquí estoy.
P.- ¿Fue una decisión sencilla?
R.- Bueno, me estudié sus números, los comparé con los de otras cadenas de franquicia, y vi que me cuadraban sus cuentas. A partir de ahí nos pusimos en contacto con el director de Expansión, Rito Naranjo, con quien tuvimos una gran conexión. De hecho, empezamos en Villalba, hace un par de años, pero ahora cada una sigue por separado: ella continúa en el Centro Comercial Los Valles y yo estoy en el Centro Oeste-El Carralero de Majadahonda
P.- No tenías experiencia en estética ¿Cómo lo supliste?
R.- Pues me dediqué a hacerme las uñas en centros de Nails Factory, como si fuese una “clienta misteriosa”, y así pude preguntar muchas cuestiones distintas a las chicas que me atendían: cuánto les costaba el producto, cuánto se tardaba en hacer tal servicio, etcétera. Para mí suponía un conocimiento esencial antes de introducirme en la franquicia.
P.- ¿Cómo pusiste en marcha el establecimiento?
R.- La verdad esb que fueron en realidad traspasos: eran quioscos que estaban ya en funcionamiento antes de hacerme cargo. Y en cuanto a la inversión necesaria, no tenía ni un euro en aquel entonces. Tuve que contar con la ayuda de los míos: con mis padres, mi hermana y mi actual marido, que han sido mis inversores y posibilitaron que pudiera montar mi negocio.
P.- ¿Fue importante la ubicación?
R.- Sin duda es muy importante la localización, pero si un franquiciado no sabe hacer bien las cosas acaba cargándose el negocio más pintado. Así que, para mi es un 66% del mérito para el emplazamiento y un 33% para el emprendedor.
En nuestro caso, el de los centros Nails Factory, la gestión de personal es lo más importante, pues no en vano es lo más costoso. Mantengo reuniones mensuales e individuales con todas mis chicas: tanto para fortalecer lo aprendido en otros cursos, esto es saber estar, atender al público, vender… como para tratar sobre los pequeños fallos que pueda apreciar en su día a día, y analizar juntas la mejora.
P.- ¿Qué papel juega la formación en Nails Factory?
R.- Muy importante. Me instruí como técnica de uñas, por un lado, para saber realizar el servicio; y como franquiciada, por otro, para llevar el negocio. Y la verdad es que en ambas facetas he de decir que la formación recibida es muy buena.
P.- ¿Qué consejos darías a una persona que quiera montar una franquicia?
R.- Yo repetiría exactamente lo que hice en su momento. Analizar el negocio como clienta, observar las distintas franjas horarias, el fin de semana…
P.- ¿Tienes intención de abrir otro centro más de Nails Factory?
R.- Sí, tengo intención de abrir otro local en cuanto Rito Naranjo me encuentre una ubicación excelente. Recuerda que mis estudios son empresariales: no voy a pararme en un solo centro.