Desde sus inicios, Singularu ha destacado por ser un negocio exitoso. Esta startup comenzó a gestarse en 2013 como negocio online en Valencia de la mano de Cristina Aristoy y Paco Tormo, sus dos jóvenes fundadores. Fue una de las empresas participantes en la tercera edición de Lanzadera, el programa acelerador de startups de Juan Roig, el creador de Mercadona. Y desde su lanzamiento, el público ha respondido con interés a su oferta de producto. Desde el primer día obtuvieron ventas.
Singularu empezó fabricando a demanda, pero tal fue el éxito que pasaron a trabajar con stocks algo mayores, para poder dar respuesta a su clientela. Hoy cuentan con fabricantes en diferentes puntos de España que permiten dar respuesta a la demanda del mercado y a generar una gran rotación en sus colecciones.
En 2017 la cadena facturó 1.6 millones de euros, una cifra que solo en el primer semestre de este año ya se ha superado. La previsión para este ejercicio es doblar la cifra, llegando a los 4 millones de euros.
Expansión con franquicias
Conseguido un éxito indudable en el mercado online, Singularu da el salto al mundo del retail con tiendas físicas con el objetivo de convertirse en referente del sector de la joyería. De este modo, apuestan por ofrecer a través de estos establecimientos lo que el online no puede cubrir: el trato personal, el contacto con los clientes y la posibilidad de tocar y probarse todo.
Llegan con grandes objetivos: tener 90 tiendas en 2021. Lo harán con tiendas propias, corners y franquicias. Los resultados les avalan.