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La ventaja de llevar tu propio negocio es la independencia

Franquicias y Negocios

Fernando Madrid, director de establecimientos de Happy Crack y franquiciado.

Es director de Establecimientos y Formación del Grupo Lizarran. Y, movido por una apuesta personal, abrió una franquicia de Happy Crack. Fernando Madrid apuesta por desterrar la rigidez en el trato con el cliente y abrirle las puertas del establecimiento como si fuera su propia casa. Ambiciona que la enseña abra cinco locales al año, como mínimo. Con toda una vida a la espalda ligada al mundo de la franquicia, Fernando pisa fuerte, sobre un terreno que conoce bien.

"Mi carácter emprendedor y el compromiso que contraje con el grupo Lizarran para desarrollar el proyecto Happy Crack". Fernando Madrid, director de Franquicias del Grupo Lizarran, expone estos dos motivos como los que le empujaron a montar una franquicia. Vio en Happy Crack una idea "suculenta" y una "opción inexistente en el mercado". Al mismo fue quien propuso la idea: "Una vez le planteé a nuestro director, Oscar Vela, la intención personal de desarrollar el proyecto y aceptó, me puse en marcha". Después de un mes encontró un local que se ajustaba a sus necesidades, "reunía las condiciones económicas y comerciales precisas para desarrollar HC", situado en la población costera de Castelldefels (Barcelona). Así, seducido por la idea de ofrecer un momento "Happy" a sus clientes, Fernando se decidió a dar el salto y montar su propio establecimiento.

Una vida en franquicia

La trayectoria profesional de Fernando Madrid siempre ha estado vinculada al sector de la hostelería, colaborando en la apertura y desarrollo de restaurantes. "Inicié mi andadura en el sector de las franquicias en el año 1994“ explica Fernando “ con las marcas Haagen-Dazs y Pizza World". Después de iniciarse con estas empresas franquiciadoras, Fernando decidió cambiar su trayectoria y pasar a ser franquiciado de Haagen Dazs en Alicante.

"En 2001, circunstancias personales me llevaron a ocupar la dirección de franquicias del Grupo Lizarran", puntualiza Fernando. Y fue con este grupo con el que adquirió el compromiso de sacar adelante un nuevo proyecto: Happy Crak. Califica el apoyo, en el momento de abrir su franquicia, que ha recibido de la central como incuantificable: "sin ellos no hubiera sido capaz de dar el salto", dice Fernando y además asegura que el interés y la preocupación por hacer el trabajo bien hecho han sido constantes.

Por qué Happy Crak

"Hemos sido capaces de diseñar un concepto elegante pero dirigido a un público de entre 26 y 75 años", expresa orgulloso Fernando, quien describe la enseña como un negocio rentable económicamente, tanto desde el punto de vista de la inversión como de la gestión.

Happy Crak, que en la actualidad cuenta con cinco establecimientos, es un concepto que combina heladería y cafetería, con una decoración minimalista. "Hemos querido ensalzar algo tan básico como una heladería", señala Fernando, y apunta que los colores y materiales de los locales "definen elegancia y productos de primera calidad", aunque al alcance de todos los bolsillos. Y este es el principal, según Fernando, inconveniente competitivo de la enseña: "la elegancia se asocia a precios elevados y esto es una barrera arquitectónica". Pero todo depende de los ojos con los que se mire, pues una de las ventajas competitivas de Happy Crak pasa por tener una decoración muy actual, unida a productos de excelente calidad. Además, la filosofía de la enseña es ofrecer excelencia a precios iguales o inferiores a los de la competencia.

Ahora Fernando apuesta por la expansión de la firma y espera que se abran, como mínimo, cinco locales al año. Un plan ambicioso pero sobre el que se muestra seguro, sobre el que Fernando pisa con pies de plomo.