La marca low cost de yogurt helado pertenece a la cadena Ö!mygood y ofrece facilidades de financiación para que cualquier empresario pueda participar de este rentable negocio. El acuerdo al que se ha llegado Gracias a este acuerdo, “MY” a través del Banco Santader, financia 7.900 euros en un plazo de 3 años y con una atractiva cuota al mes de 235 euros.
“MY”, marca low cost de yogurt helado perteneciente a la cadena Ö!mygood, ha llegado a un acuerdo de financiación de su concepto de negocio con el Banco Santander. Ahora es más fácil para cualquier actividad (pastelería, heladería tradicional, tienda de juguetes, bolera, cafetería….) empezar a vender yogurt helado gracias a este acuerdo por el cual, a través del Banco Santader, se financian 7.900 euros de la inversión inicial, en un plazo de tres años, y con una atractiva cuota al mes de 235 euros.
De esta manera, la cadena quiere ayudar a los posibles emprendedores que contando ya con un negocio, puedan incorporar otra línea a su actividad habitual facilitándoles una mayor facturación. “MY tiene un formato muy sencillo, bastan cuatro metros cuadrados para que una pastelería, una tienda de juguetes, unos cines o una cafetería puedan unirse a la moda del yogurt helado con la garantía de la experiencia de Ö!Mygood”, explica Ana Picó, socia directora de la enseña.
La inversión necesaria para poder instalar un corner “MY” es de 9.025€, y se incluye una máquina Taylor de Yogurt Helado, mueble de toppings con 15 cubetas y vitrina, menaje formado por tarrinas y cucharas, cartelería con directorio de precios, etiquetas toppings, roll up y materia prima (cerca de 100 kg de producto entre yogurt helado y toppings).
Con este nuevo proyecto, los responsables de Ö!Mygood ofrecen ampliar la afluencia a cualquier comercio aportando su know-how y capacidad de innovación a la vez que mantienen una total flexibilidad. Y es que el concepto de la franquicia “MY” “otorga completa libertad de precios y horarios, es muy fácil de gestionar al tenerlo integrado en el propio local, no requiere obras y tiene una rentabilidad máxima: no hay ‘royalties’ y el margen sobre ventas es muy alto; además una vez que se tiene instalados las máquinas y el mobiliario, cada franquiciado adapta la reposición a su ritmo”, finaliza Ana Picó.