En 2003, Eduard Pérez decidió unirse a Midas. Cuando ya se han cumplido más de 10 años operando con la marca, Eduard sigue destacando el desarrollo constante de nuevos procedimientos y herramientas que la central pone a disposición de los centros para poder utilizarlas y explotarlas con las máximas garantías de éxito.
Eduard Pérez Palau ha trabajado toda su vida en el sector del automóvil. “Es lo que domino y con lo que disfruto”, dice este emprendedor de 48 años que, en marzo de 2003, decidió unirse junto a su hermano al grupo Midas.
Eduard tenía un taller de servicio rápido independiente pero quiso probar las ventajas de pertenecer a un grupo ya consolidado en el mercado. Por ello, hace 10 años, abrió su franquicia en Barcelona junto a la que considera “la enseña líder del mercado, con un estructura muy sólida y con una experiencia consolidada de más de 50 años”. Para Eduard, “las personas que forman el equipo de Midas están preparadas y formadas para adaptarse a los cambios que van surgiendo en el mercado. Constantemente desarrollan nuevos procedimientos y herramientas que ponen a disposición de los centros para poder utilizarlas y explotarlas con las máximas garantías de éxito".
De empresario independiente a franquiciado
Para pasar de gestionar su taller independiente a formar parte de la red de Midas, Eduard realizó una inversión de unos 150.000 euros. Su local tiene 500 metros cuadrados (con cinco elevadores) y está ubicado en una zona residencial, a escasos metros de una zona industrial y de un importante recinto ferial. Su equipo consta de cinco personas y, a parte de ofrecer los servicios habituales de mantenimiento, su centro Midas ha incorporado algunas reparaciones de mecánica general (embragues,distribuciones...).
El soporte al franquiciado
Tal y como describe el franquiciado, la central siempre trabaja para lograr que sus centros sean cada día más rentables gracias a nuevos servicios, efectivas campañas, nuevos procedimientos... “Desde la central se ofrece una completa formación del personal y del franquiciado, con la aplicación de nuevas estrategias para lograr los objetivos, el estudio de las necesidades del cliente para lanzar la mejor campaña, etc.”
El día a día del franquiciado
Eduard se encarga de organizar al equipo de trabajo, gestionar el negocio ("analizar los resultados, estrategias a seguir, temas de RRHH y PRL, acciones de marketing local, etc”), y también de la relación con el cliente. “Apoyo en la gestión administrativa de la recepción del centro, teniendo un trato directo con mis clientes para ofrecerles todas las atenciones y soluciones que puedan necesitar”, añade.
En opinión de Eduard, la situación del sector es muy complicada. “Nos estamos esforzando al máximo para darle al cliente lo que espera de nosotros, un servicio profesional y transparente”. Un esfuerzo con el que quieren consolidar su negocio y “esperar nuevas oportunidades para poder crecer con la enseña”.