Xavier Vallronhat, presidente de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), destaca la buena salud del sector de la franquicia, que se ha reafirmado con la crisis.
Los datos siempre son el mejor aval para demostrar que algo funciona o, por el contrario, que las cosas no van tan bien, especialmente si estos datos son proporcionados por entidades fiables y serias, capaces de argumentarlos a través de bases de estudio sólidas y constatables. En el caso del sistema de franquicias, el último "Informe de la Franquicia en España 2014", elaborado por la AEF y presentado recientemente, viene a reflejar una realidad que muchos ya intuíamos, pero que ahora, con esos datos en la mano, ha quedado total y oficialmente demostrada: la franquicia ha resistido a esta crisis económica de una manera digna y ha salido reforzada de una coyuntura tan adversa.
Estableciendo una comparativa del comportamiento que ha tenido el sistema entre 2008 y 2013 -los años que llevamos de crisis-, el resultado es que este modelo de negocio ha crecido en todas sus variables, excepto en la facturación global, que tan solo ha descendido en un 0,5% en ese periodo, habiendo pasado de facturar 26.010 millones de euros en 2008 a los 25.867,3 millones alcanzados el pasado 2013. Por el contrario, ha habido un incremento del 24,2% en el número de redes, al pasarse de 875 en 2008 a 1.087 en 2013; un aumento del 1,4% en el número de establecimientos, al contabilizarse 58.305 en 2008 por los 59.131 de 2013, y, lo más destacado, un crecimiento del 2,6% en el número de empleos generados, al pasar de dar trabajo a 235.929 personas en 2008 a las 242.140 al finalizar 2013.
Ante esta realidad, la lectura que se puede hacer es que la franquicia ha resistido a la crisis y que sigue en primera línea en lo que hace referencia a los distintos modelos de negocio que componen el tejido empresarial nacional. Además, con unas perspectivas claramente positivas para este 2014, año en el que esperamos crecimientos en todas las variables: número de redes, de establecimientos, de empleos generados e incluso de facturación.
Así pues, el sistema de franquicias goza de buena salud, y ya hemos pasado lo peor.