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Entrevista a Mar Alarcón, creadora y directora general de SocialCar

"A la hora de emprender, ¡que nadie te quite tu idea!"

Leticia Medina | 30/10/2014 | 8:33

A la hora de emprender, ¡que nadie te quite tu idea!

Mar Alarcón es una de esas personas que saben lo que quieren y van a por ello. Decidida, entusiasta y optimista, afirma que nunca ha dejado que la negatividad de los demás la desanimara a tirar adelante sus proyectos empresariales. “Hay que observar mucho y escuchar poco”, recomienda. Mar ha sabido aprender de los fracasos y hoy disfruta de sus éxitos. Actualmente, esta emprendedora, con menos de 40 años y madre de tres hijos, dirige SocialCar, una empresa que creó en 2011 junto a su socio y marido y que ha despertado un gran interés entre el público.

SocialCar es una de las empresas etiquetadas como de consumo colaborativo. Un tipo de economía que ha crecido como la espuma con empresas como Airbnb, Uber, Wallapop o Blablacar, entre muchas otras. Empresas que fomentan el intercambio entre persona y persona.

¿Qué es SocialCar?
SocialCar es una de estas empresas. Creada en 2011, es el primer servicio de alquiler coches de persona a persona (P2P) en España. Permite a propietarios particulares alquilar sus vehículos aprovechando el tiempo en el que no se utilizan y permanecen aparcados.

Así, SocialCar, a través de su página web y su aplicación móvil, se encarga de reunir a conductores, aprobados por su sistema, con coches disponibles que cumplen con los requisitos establecidos. El propietario puede aceptar o declinar cada solicitud de reserva, así como establecer el precio del servicio.

La misma empresa sugiere un precio base orientativo y ofrece a los propietarios un seguro adecuado para poder ofrecer este tipo de servicio, así como asistencia técnica para cada desplazamiento.
De este modo, SocialCar fomenta una movilidad sostenible, una alternativa a los medios de transporte tradicionales, un aprovechamiento de los recursos, un uso racional del coche y la interacción entre miembros de una misma comunidad, favoreciendo la reducción de emisiones nocivas.

Todo milimetradamente estudiado
Mar Alarcón estudió derecho y durante unos años desarrolló su carrera como abogada en un importante bufete de abogados. Viajó mucho, se formó en otros países, se convirtió en experta en inversiones en China, incluso trabajó en Grameen Bank en Bangladesh junto a Muhammad Yunnus, creador del llamado “banco de los pobres”. Tras varias experiencias emprendedoras, siempre junto a su socio y marido, Francesc Queralt, en 2005 creó Social Energy, una empresa de energías renovables. “Con la regulación de las renovables tan restrictiva en Europa, en Social Energy ya casi no tenemos estructura, solo activos para explotar las instalaciones que tenemos”.

En 2011, Mar creó SocialCar y desde entonces, se ha centrado en esta empresa, un proyecto en el que cree firmemente. Como abogada, Mar ha sabido dar forma a un negocio sin fisuras, con todos los detalles muy estudiados para que no puedan surgir problemas. Y de ahí, el éxito de esta empresa de carsharing P2P.

Últimamente vemos muchos ejemplos de empresas de economía colaborativa y sabemos del buen funcionamiento de este tipo de consumo, pero hace unos años, cuando creaste SocialCar, no era algo habitual. ¿Por qué creaste este concepto de negocio?
M. A.:
Cuando montamos SocialCar todavía no sabíamos qué era el consumo colaborativo. Descubrimos después que podíamos etiquetarnos con esta definición. Por aquel entonces, estábamos metidos en el tema de las renovables y queríamos diversificar el negocio. Nos motivaba la movilidad sostenible, no sabíamos bien si montar algo con coches eléctricos. Pensamos en montar un carsharing, pero la propia experiencia me hizo ver lo siguiente: tras volver de vivir fuera, me compré un coche y el primer año apenas lo usé. Entonces pensé: ¿para qué comprar una flota de coches para un carsharing si hay coches que la gente tiene y que no utiliza? Un negocio sostenible 100%: no ocupas más espacio y utilizas coches que ya hay en la ciudad. Investigamos que habían iniciativas similares en otros países que empezaban a funcionar, no sabíamos si tendrían éxito, pero yo pensé que la idea era muy buena. Además, ofrecíamos, en plena crisis, la posibilidad de que la gente obtuviera un ingreso extra.

Creíste en tu idea y ¿funcionó? ¿Qué aceptación del público habéis encontrado?
M. A.:
¡Buenísima! Al principio me tachaban de loca. Me decían que era buena idea, pero que no funcionaría, que nos robarían los coches, que la gente no querría alquilar su coche... Yo creía en los beneficios de este negocio así que seguí adelante. Lanzamos el negocio a mediados de 2011 y hoy tenemos un movimiento diario muy elevado. Eso sí, esto funciona porque damos garantías. Si no, no funcionaría.

¿Qué tipo de garantías?
M. A.:
Desde el principio, tenía muy claro que todo tenía que estar muy bien atado. Yo, como abogado, sabía que si tienes fugas, el proyecto acaba muriendo. Fue fundamental averiguar aspectos como la fiscalidad del propietario, qué implicaba para el propietario ganar dinero alquilando su coche, si esto suponía darse de alta en autónomos, si el seguro cubría esta actividad (que no lo cubría, por lo que tuvimos que buscar un seguro que las compañías aseguradoras nos han hecho a medida y que todos los propietarios inscritos en SocialCar tienen que contratar)… Ofrecemos todas las garantías. Desde aquí, todo se hace correctamente: facturas, IVA, retenciones, seguro, atención al cliente, seguridad para el propietario, contratos… todo es así desde el día 1. Y esto es básico para el éxito. El  consumo colaborativo está muy bien, pero hay que hacerlo bien.

¿Cómo os dais a conocer? 
M. A.:
A través del marketing online, posicionamiento web, redes sociales… y también medios tradicionales. El hecho de que sea un negocio con una vertiente social, en un momento de crisis como el actual, también nos ha ayudado mucho a generar interés.

Entonces ¿crees que la crisis os ha ayudado?
M. A.:
Sí, pero no tanto por la necesidad económica de la gente, sino por el cambio de mentalidad. En general, hemos reflexionado. Muchos han visto que quizás comprábamos demasiado y muchos se han replanteado la forma de vivir. Ahora piensan más en el hecho de alquilar el coche del vecino, en lugar de comprarse uno. Hace diez años, con la mentalidad de compra que teníamos, no hubiéramos tenido tanto éxito.

¿Cuáles son los planes en SocialCar?
M. A.:
El camino en España es largo. Hemos crecido mucho pero queda mucho recorrido. Y hay planes también de internacionalización.

Hasta ahora os habéis financiado con recursos propios. ¿Os planteáis atraer inversores para esta internacionalización?
M. A.:
Sí, a finales de año habrá noticias...

¿Qué opinión tienes de todos los problemas que están surgiendo con empresas de consumo colaborativo como Uber? 
M. A.:
A mí la actividad de Uber me gusta mucho, la aplicación tecnológicamente es espectacular, pero el problema es cómo lo han planteado, sin tener en cuenta el seguro que tienen sus conductores, por ejemplo… Hay que hacer bien las cosas y proteger al consumidor. El problema es que esto nos ha arrastrado a todos, ahora tengo que invertir mucho tiempo en ‘defenderme’, cuando lo que nosotros hacemos no tiene nada que ver. Cuesta hacer las cosas bien, porque el crecimiento es más lento, pero es lo seguro. Lo que nosotros hacemos está bien hecho, lo hemos mirado todo y estoy segura de que lo hemos hecho todo bien.

Antes de SocialEnergy y SocialCar has tenido otras experiencias emprendedoras. Lo tuyo es gen emprendedor…
M. A.:
Mis padres y los padres de mi marido son emprendedores, es lo que hemos vivido siempre en casa. De hecho, creo que ser emprendedor es mi área de confort. Me debe venir de familia…

Afirmas que de los fracasos se aprende. De esas experiencias que no salieron adelante, ¿qué cosas has aprendido?
M. A.:
Muchas cosas, y otras que están por aprender. Una de las cosas que siempre destaco es que el multitasking del emprendedor es lo peor. Por pocos recursos que tengas, si puedes hay que empezar con un equipo especializado, que cubra tus debilidades, porque nadie sabe hacer de todo. Cuando empiezas e intentas hacerlo tú todo, inviertes mucho tiempo en hacer cosas que no sabes y  que otra persona haría en poco tiempo. Esto ralentiza el proceso. Por tanto, en mi opinión, es básico crear equipo, si es posible. ¡No hay que querer hacerlo todo uno mismo!

Otra cosa que he aprendido es que hay que observar mucho y escuchar poco, porque vas a oír de todo. Siempre está el típico que te desanima, y a veces es gente en la que confías. ¡Pero no hay que escuchar!  Nosotros emprendimos por primera vez con 21 años, hace 15 años ya, ¡y no paraban de decirnos que nos faltaban canas! Pero no hicimos caso y seguimos adelante…

Buenos consejos para un emprendedor…
M. A.:
Sí, yo aconsejo rodearte de gente como tú. Y observar mucho. ¡Y también otra cosa! Los emprendedores nos solemos enamorar de nuestra idea, y eso puede ser un problema, porque entonces no ves nada más. Hay que rodearse de gente que te apoye y montar un equipo, pero que sea un equipo que no te diga que sí a todo, gente con espíritu crítico. Porque enamorarse de una idea puede cegarte…
Por otro lado, también es importante que la idea que tengas sea ‘profit’, es decir, que sea algo que genere un ingreso, que puedas ser autosuficiente. Es importante tener un modelo de negocio claro desde el principio.

¿Qué es lo que más te ha costado a la hora de crear tus empresas? Se habla mucho de la financiación, que en vuestro caso han sido siempre recursos propios…
M. A.:
Creo que los recursos, si le dedicas tiempo, acaban llegando. Es más importante obtener apoyo emocional que financiero. Que las personas que están a tu alrededor te comprendan y te dejen hacer tu camino, que no te desanimen constantemente. Si no, ¡no haces nada! Con apoyo, las cosas acaban saliendo. ¡Que nadie te quite tu idea!

¿Cuál es tu mayor cualidad?
M. A.:
Lo que dice la gente es que soy muy positiva, que siempre saco lo mejor de las cosas y de las personas. Se me da bien la comunicación, la relación con el equipo, la motivación… Sí, soy muy entusiasta.

¿Crees que es más difícil ser mujer emprendedora que hombre emprendedor? 
M. A.:
Creo que es más positivo que negativo, porque somos tan pocas…

Madre de tres hijos, uno de solo un año, y estás al frente de SocialCar. ¿Cómo se concilia todo?
M. A.:
¡Siempre me lo preguntan! Como mi vida es así, tampoco lo veo difícil.  La verdad es que tengo ayuda en casa, es algo de lo que no podría prescindir. Y además, he montado mi vida de una manera muy cómoda. Mi casa, mi oficina y el colegio de los niños están juntos, por lo que no pierdo tiempo en moverme. Tengo un niño de un año recién cumplido y cuando lo tuve, trabajaba desde casa, iba reuniéndome con el equipo… ¡Organización! Y también la implicación de mi marido, claro. Todo es al 50%.