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Emprendedores de éxito

"Cuando la gente va a algunode nuestros restaurantes, va a algo más que a comer”

Leticia Medina | 26/01/2015 | 8:30

Cuando la gente va a algunode nuestros restaurantes, va a algo más que a comer”

Los hermanos Molina-Martell, junto a Ramón Jiménez y Naoyuki Haginoya, han creado Grupo Nomo, una empresa que más allá de los triunfos empresariales, destaca por ser una empresa “con alma”. El grupo de gastronomía japonesa se ha convertido en referente en Barcelona con sus tres restaurantes y, mientras disfrutan de su éxito, los socios de la compañía desarrollan constantes proyectos sociales con los que devolver a la sociedad todo lo que han recibido de ella.

Grupo Nomo se ha convertido en referente de la gastronomía japonesa en la ciudad de Barcelona. Con tres restaurantes en la ciudad (Nomo, Kuo y Umo), el Grupo, de carácter 100% familiar, ha terminado el ejercicio 2014 con una facturación de 5,3 millones de euros. Los creadores de este concepto son los hermanos Molina-Martell Ramis, junto al chef Naoyuki Haginoya y Ramón Jiménez. Emplean a 110 personas y sus planes pasan por seguir creciendo y ofreciendo a sus clientes una experiencia gastronómica de calidad a precios razonables.

Uno de los hermanos creadores y socios de la compañía, Borja Molina-Martell Ramis, nos habla de cómo nació esta empresa, de cómo ha conseguido llegar a superar los cinco millones de facturación en solo seis años y también de la faceta más solidaria del Grupo.

¿Cómo surge la idea de crear el primer restaurante Nomo?

B. M: Nosotros éramos grandes consumidores de restaurantes japoneses y viajábamos a menudo para conocer las tendencias del sector a nivel mundial. Nos fascinaba su tradición, sus sabores y lo saludable que era. Intuimos que era algo más que una moda; que el mundo occidental había descubierto la cocina japonesa y que ésta había venido para quedarse. Observamos que en el sector no había negocios de hostelería equilibrados en cuanto a innovación en la cocina, buena imagen a nivel de locales y a un precio razonable. Consideramos que hasta la fecha nadie había conseguido tener un equilibrio entre estos factores; y por eso decidimos lanzar nuestro propio restaurante.

¿Qué relación os une a los diferentes socios?

B. M: La empresa es de carácter 100% familiar. Conmigo empezaron mis hermanos Alexandra y Juan, y mi cuñado Ramón Jiménez. Yo había estudiado Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Ramón Llull y durante un año estuve trabajando en consultoría. Ramón y Alexandra son abogados y ambos estaban trabajando en importantes bufetes internacionales; de hecho Alexandra sigue ejerciendo. Juan estaba estudiando Publicidad y RRPP. Cuando abrimos el primer restaurante en 2007; el Nomo, empezó a trabajar con nosotros Naoyuki Haginoya, cuya excelente labor al frente de la cocina le ha hecho formar parte del equipo ya como socio en los futuros proyectos de la empresa.

¿Teníais antecedentes como emprendedores?

B. M: Un par de años antes de montar el Nomo, creé junto a compañeros míos de universidad un negocio llamado Mantelaria, que tenía que ver con la introducción de publicidad en los manteles de papel de los restaurantes. El negocio no funcionó como esperábamos, pero aprendimos mucho de ello.

Una vez tenéis en marcha vuestro primer restaurante, Nomo, ¿por qué decidís abrir el segundo, Kuo?

B. M: Nuestra idea no era abrir solo un restaurante. Cuando creamos Nomo ya teníamos en la cabeza la idea de crear un grupo de restauración que fuese de referencia en la ciudad de Barcelona, y quien sabe, fuera de la ciudad condal algún día también.

Y en cuanto al tercero de vuestros locales, UMO, ¿por qué esta vez está emplazado en un hotel?

B. M: Después de externalizar parte del room service de la cadena Catalonia en Barcelona, surgió la oportunidad de abirir un local con ellos en uno de los hoteles más emblemáticos de la cadena, el Hotel Plaza y nos encajó ya que llevábamos tiempo que queríamos apostar por una zona más turística y abrir el primer local enfocado, sin olvidar nunca al público local, al público extranjero. Encontramos que muchas veces los locales enfocados al turista no cuidan la calidad de los productos y del servicio, y quisimos crear un restaurante que cuidara a los clientes fijos igual de bien que a los clientes pasajeros.

Actualmente, ¿qué papel desarrolláis cada uno de los socios en la compañía?

B. M: La singularidad de nuestra empresa es que no creamos áreas estancas, sino que nos gusta de alguna manera a todos estar involucrados en las diferentes áreas y diferentes proyectos de la empresa. A veces se cree que todas la empresas tienen que estar organizadas igual y tener diferentes directores que gestionen diferentes áreas; no es así en nuestro caso. Quizá en el futuro, y si crecemos más deberemos organizarnos de forma diferente, pero actualmente esta fórmula nos funciona muy bien. Es cierto que cada uno de nosotros tiene unas virtudes diferentes y cuando realizamos un nuevo proyecto cada uno realiza tareas distintas, pero no de manera independiente; sino que al final a todos nos gusta dar nuestra opinión de las cosas y estar enterados de todo lo que pasa en la empresa. Una cosa que tenemos clara, eso sí, es que no iniciamos un nuevo proyecto si todos los socios no estamos de acuerdo.

Otra de vuestras líneas de negocio es la comida para llevar. ¿Qué resultados obtenéis en este caso?

B. M: Esta es una de nuestras grandes apuestas. En el momento que nosotros creamos Nomo Market el concepto de “comida para llevar” estaba algo devaluado, y la gente lo asociaba más a comida rápida tipo “fast food”. Actualmente hay muchas plataformas que ofrecen estos servicios, pero en su momento
fuimos pioneros. Creamos el concepto de “el restaurante en casa”; y conseguimos poder llevar a los domicilios de nuestros clientes los mismos productos que podían probar en nuestros restaurantes. Es una de las líneas de negocio con más auge en Grupo Nomo; y lo cierto es que hemos comprobado que la tendencia de la sociedad es de querer comer en su propia casa los productos del restaurante; ya sea por la falta de tiempo, porque son parejas con hijos pequeños o por la comodiad de no tener que salir de casa.