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Prevé internacionalizar su start-up a principios de 2016

Glovo, la aplicación de los recados

Leticia Medina | 17/07/2015 | 9:26

Glovo, la aplicación de los recados

Óscar Pierre es un perfecto ejemplo de emprendedor vocacional. Con 22 años, este ingeniero aeronáutico es el creador de Glovo, una aplicación de mensajería y recadería basada en la economía colaborativa que, prácticamente recién llegada al mercado, aspira a convertirse en una gran empresa. Hoy, la aplicación ya opera en Barcelona y tiene previsto llegar a Madrid este verano. Y hay más, porque Óscar prevé internacionalizar su start-up a principios de 2016.

Cuando hicimos esta entrevista a Óscar, hacía apenas cinco meses que había lanzado su aplicación en el mercado barcelonés. Y en ese momento, ya trabajaba en conseguir una segunda ronda de financiación de 500.000 euros para implantar el negocio en Madrid (una ronda de financnación que a día de hoy ya ha logrado) y, de cara a 2016, en el mercado internacional. “Tenemos planeado replicar el negocio en Madrid este verano, y a principios del año que viene llegar a otra ciudad, no sabemos si Milán, Roma o París, ya que son ciudades densas, con mucha moto y bici y mal tráfico. ¡Es un mercado muy caliente, tenemos que crecer rápido!”, explica Óscar.

Y es que este joven catalán ha diseñado un negocio fácilmente replicable. Veamos antes en qué consiste Glovo: Imagina que necesitas comprar un regalo pero no tienes tiempo. Quieres comprar una botella de vino en tu tienda favorita pero no puedes ir. Tienes que recoger el traje de la tintorería, pero, una vez más no llegas…

Glovo es la aplicación de los recados, está formada por una comunidad de ‘glovers’, que son personas con tiempo, moto o bici y ganas de hacer recados por una comisión fija por servicio y en un tiempo máximo de una hora. A través de la app, de una manera muy sencilla y rápida, alguien publica su recado (qué necesita y dos direcciones, una de recogida y otra de entrega) y alguno de los glovers, lo acepta. En menos de una hora, recado hecho.

Economía colaborativa pura y dura, el recadero de toda la vida, pero con la tecnología móvil como herramienta. “Durante mis dos años de estudiante en EEUU, observé el crecimiento de la economía colaborativa. Me fascinaba cómo crecía el sector y el efecto social que tenía. Cada vez más amigos míos eran conductores de Uber, o hacían mini tareas en plataformas de intercambio de tareas… Vine a Barcelona dos semanas de vacaciones y vi que había un espacio para emprender en ciudades densas como Barcelona. Hay mucha gente que no tiene tiempo para hacer sus recados y, por otro lado, una masa muy grande de gente con móvil y motos, con tiempo libre y ganas de tener un ingreso extra”, explica Óscar.

Así que pensó: “¿Por qué no crear una plataforma desde la que externalizar tus recados del día a día, recados fácilmente explicables, que se puedan resumir en un tweet y dos direcciones?”.
A su vuelta a EEUU, tras las vacaciones en casa, empezó a programar la app. Y al terminar la carrera, unos meses más tarde, en diciembre de 2014, volvió a Barcelona con la versión beta de Glovo y buscando una primera ronda de financiación que le permitiera lanzar la app al mercado. En apenas unas semanas consiguió 140.000 euros de business angels.

“Un par de semanas después de volver, conocí a unos business angels, que me presentaron a otros… y al final, en enero, cerramos la primera ronda de 140.000 euros. En febrero ya
teníamos un equipo para el lanzamiento de la app. Aquella ronda nos sirvió para lanzar la tecnología en Barcelona y establecer el modelo de operaciones, que ha sido complicado, aunque ya funciona solo. Ya tenemos una gran comunidad de ‘glovers’, son muchos los ciudadanos que cuando tienen un rato libre se convierten en recaderos. De hecho, ¡tenemos a 400 personas en cola esperando a ser ‘glovers’!”
, explica Óscar.

Y ahora, la aplicación se prepara para llegar a Madrid y después, en 2016, a una tercera ciudad, en este caso fuera de España. “La gracia de Glovo es que podemos escalar a tener 10.000 pedidos al día sin tener empleados, ni furgonetas, ni aviones… por lo que replicar el modelo en Madrid, o en otra ciudad, nos cuesta muy poco. Necesitamos una pequeña oficina, un ‘city manager’, un ‘glovers manager’, un comercial y poco más. Tenemos un negocio muy escalable”, destaca Óscar.

QUIÉN FORMA GLOVO
El equipo de Glovo está formado por cinco personas que trabajan a tiempo completo, además de tres estudiantes en prácticas y dos freelance técnicos. Al mando de Glovo, junto a Óscar, está Sacha Michaud, empresario con más de 15 años en el sector online en España. “Sacha fue uno de los principales inversores de la primera ronda. Lo conocí entonces y le gustó tanto la idea que acabó convirtiéndose en cofundador del proyecto”. Además de Sacha Michaud, en aquella primera ronda, Glovo contó con el apoyo de ocho Business Angels. “Organizamos una reunión mensual con tres de ellos, el resto son puros inversores”.

CRECIENDO TAMBIÉN CON EL ECOMMERCE
Casi recién salidos al mercado, pero con grandes planes de crecimiento porque Glovo está integrando ya una nueva vía de negocio: el ecommerce. Explica Óscar que existe mucha demanda de tiendas que ofrecen venta online y que tienen a sus clientes en la misma ciudad, quizás a solo unas calles de distancia de su almacén. “No tiene sentido hacer envíos con grandes operadores, que tardan días en hacer llegar el paquete. La idea de Glovo es estar conectados con estas ecommerce y si detectamos que el cliente está en la misma ciudad que la tienda, nosotros ofrecemos la entrega en una hora. El ‘glover’ recibirá el pedido igual que si fuera un pedido particular: dos direcciones y una descripción. Esta vía de crecimiento nos motiva porque es algo muy disruptivo: envíos ecommerce en una hora. En junio empezamos los primeros testers con tiendas de Barcelona. Creo que esta inmediatez es hacia donde evoluciona el mercado, la gente quiere cosas y las quiere ya. Esperar no tiene sentido”.

LA ECONOMÍA COLABORATIVA, UN SECTOR CON FUTURO
Cada vez vemos más ejemplos de empresas dedicadas al consumo colaborativo. Podemos enumerar muchos ejemplos de start-ups basadas en este tipo de intercambio. No tiene sentido negarlo. O querer pararlo. Óscar vivió dos años en EEUU, un país donde todo pasa antes que aquí. Y allí, la economía colaborativa está muy implantada. “Allí van un par o tres de años por delante en todo…
Yo tengo confianza en que la economía colaborativa se legalizará dentro de poco en España, es algo imparable, está en todos lados: hoteles, taxis, parkings, canguros… Es inevitable, en dos o tres años parte de la población tendrá dos o tres fuentes de ingresos. Sabemos que la Generalitat, por ejemplo, tienen muy presente este tema. Todo el tema de consumo colaborativo pinta bien, mucho
mejor de lo que creemos…”.