Albert Marco es CEO de la masterfranquicia española de Snap Fitness, una cadena de gimnasios de éxito internacional. Marco nos cuenta cómo es este negocio que ha logrado superar los 2.000 centros en todo el mundo. Las facilidades de financiación de su inversión inicial, los bajos costes operativos y la seguridad son algunas de las claves de su éxito.
Lleváis un tiempo trabajando en la adaptación y la expansión de Snap Fitness en España y ya habéis inaugurado los dos primeros centros franquiciados. En estos meses que llevan abiertos, ¿cuáles son los resultados?
A. M: Los centros han tenido una gran acogida entre el público de la zona, alcanzando el punto de equilibrio operativo antes de completar el primer semestre desde la apertura. Nuestros clientes manifiestan abiertamente su satisfacción en las redes sociales sin ningún tipo de incentivo para ello. Además, el modelo ha vuelto a demostrar su potencial en un entorno competitivo pues existen más de cinco operadores de todos los segmentos de precios a menos de un kilómetro de la ubicación.
Primeras franquicias abiertas y ya tenéis muchas más peticiones para la apertura de nuevos centros. ¿Cómo es el perfil de estos franquiciados?
A. M: Curiosamente todos nuestros franquiciados, a fecha de hoy, son profesionales con una amplia experiencia de la industria del gimnasio. Esto representa la mejor garantía para los franquiciados que no provienen del sector: somos la opción que eligen los especialistas.
¿Qué papel deben tomar en el centro los franquiciados? Es decir, ¿es un negocio pensado como autoempleo o se concibe también como una inversión?
A. M: Gestionar un centro de fitness requiere de un cierto nivel de compromiso y dedicación, especialmente durante el primer año; decir lo contrario es generar expectativas que suelen no cumplirse. Esto no significa que sea imprescindible que el franquiciado tenga que implicarse profesionalmente con dedicación plena y que esté obligado a dejar todas sus ocupaciones anteriores. Somos muy honestos en este sentido. También es cierto que una vez los centros alcanzan la velocidad de crucero el propietario puede delegar la gestión en un buen Club Manager y mantener el control del negocio desde la distancia.
La previsión de expansión de la marca en España es abrir 10 centros este año. ¿Dónde prevéis abrirlos?
A. M: La expansión suele funcionar como una mancha de aceite, pues la gente suele darse cuenta del potencial del negocio Snap Fitness cuando visitan uno de nuestros centros. Actualmente no hay ningún producto similar en nuestro mercado. Dado que hemos abierto el primer centro en Barcelona, las primeras franquicias se darán en zonas más próximas, pero también es cierto que tenemos solicitudes desde todos los puntos del territorio nacional.
¿Cómo tiene que ser la zona en la que se implante un gimnasio de la marca?
A. M: Básicamente consideramos que haya una alta densidad de población. Hemos comprobado que el resto de factores no son demasiado relevantes. A partir de ahí ayudamos al franquiciado a encontrar la ubicación ideal para su negocio.
¿Cómo se caracterizan los centros de Snap Fitness? ¿Por qué son atractivos de cara al cliente?
A. M: Nuestros centros representan un servicio de lujo a un precio asequible. La proximidad, el precio y las características del centro hacen que sea un producto que atrae a los clientes. Somos líderes indiscutibles en nuestro segmento en tecnología y acabados, pero, sobre todo ¡los clientes suelen conocer al propietario del negocio! ¿Quién mejor que el dueño para ser embajador
del servicio y cuidar de la reputación de su negocio? La disponibilidad 24 horas es un valor añadido que, en realidad, no es fundamental para nosotros. En cualquier caso, los clientes agradecen no tener que estresarse pensando que por salir tarde del trabajo pueden encontrase que al llegar a su gimnasio el técnico les apaga la luz de la sala porque quedan 15 minutos para cerrar.
18 países y más de 2.000 gimnasios. ¿Cuáles son los factores que llevan a Snap Fitness a tener tal éxito en el mercado?
A. M: Hemos recuperado y revolucionado el concepto de “gimnasio de barrio” dándole un toque de modernización. El hecho de que nuestros centros tengan un tamaño reducido (unos 500 m2) ha permitido que los profesionales del sector y los pequeños inversores puedan plantearse ser propietarios de su propio negocio en la industria del fitness. Hasta ahora para hacer un gimnasio en condiciones hacían falta inversiones millonarias. Hoy, gracias a un modelo ya consolidado globalmente, cada día se incorpora al menos un nuevo centro Snap Fitness a la familia.
La marca ha obtenido también numerosos reconocimientos y premios internacionales por su concepto de negocio de éxito. ¿Por qué destacarías que este es un negocio interesante de cara al inversor?
A. M: En primer lugar, por la baja inversión necesaria y por las opciones de financiación que ofrecemos. En segundo lugar, porque los costes operativos son bajos lo que permite recuperar la inversión rápidamente y crecer orgánicamente mediante la apertura de nuevos centros. Y, en tercer lugar, porque el modelo de negocio es el de menor riesgo de demanda de la industria. Seguramente este último aspecto es el que más inversores ha atraído a nuestra cadena.
¿Qué se necesita, a nivel de inversión, para abrir una franquicia Snap Fitness?
A. M: Con una aportación de 100.000€ de recursos propios se puede llegar a conseguir la financiación para abrir un centro Snap Fitness en España.